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Documentos desclasificados muestran que expresidentes mexicanos fueron parte de una red de espionaje y recibieron dinero de la CIA

Algo que ya se sospechaba por la investigación de algunos periodistas, ha sido confirmado recientemente. Documentos desclasificados por el gobierno de Donald Trump en relación al asesinato del presidente Kennedy en Estados Unidos muestran paralelamente que al menos tres expresidentes de México trabajaron para la CIA dentro de una red de espionaje.

Esta información habría sido restringida en los 90 para proteger al gobierno mexicano dentro del sexenio de Ernesto Zedillo, según revelaron los mismos cables. El juez federal John R. Turnheim dijo que los detalles operativos de esta red de inteligencia fueron reservados porque:

Publicar cómo un gobierno extranjero comparte inteligencia con la CIA puede ser controvertido, y creo que eso les preocupaba, porque el partido político que estaba en el poder en México en los años 90 era el mismo que había estado en poder en los 60.

El periodista Raymundo Riva Palacio explica:

La divulgación de esos documentos posiblemente cambiaría la historia de México, al conocerse de manera oficial el nivel de subordinación del presidente Adolfo López Mateos al legendario jefe de la CIA en México, Winston Scott, quien lo reclutó como un activo de la agencia, como lo hizo con los presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. No sólo se podría haber desplomado el gobierno mexicano, sino que López Mateos podría haber sido destituido por el único delito por el cual se le puede juzgar: traición a la patria.

La información revela que los expresidentes Adolfo López Mateos (LITENSOR), Gustavo Díaz Ordaz (LITEMPO-2) y Luis Echeverría (LITEMPO-8) contaban con nombres de agentes con los cuales eran identificados por la Agencia Central de Inteligencia. Asimismo, estaba involucrado Fernando Gutiérrez Barrios, jefe de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) hasta 1970 y Miguel Nazar Haro, también jefe de DFS.