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La extraña forma en la que los japoneses ven la vagina y la artista que expone (su vagina) el doble estándar

Arte

Por: Jimena O. - 06/08/2016

La artista japonesa Megumi Igarashi ha sido declarada culpable de obscenidad por distribuir archivos para que se imprimiera su vagina en 3D. Esta es su historia

El caso de la artista japonesa Megumi Igarashi, mejor conocida a secas como "la artista de la vagina", es sumamente peculiar y polémico. En 2014 fue arrestada por la policía, acusada de obscenidad, luego de que aparentemente distribuyó archivos para que se pudieran imprimir modelos en 3D de sus genitales. El arresto desató una campaña de activismo en Internet que llevó a un exitoso crowdfunding con el cual logró construir un kayak con forma de vulva llamado el "Pussy Boat", con el que triunfalmente remó el río Tokio: los fondeadores recibieron archivos para imprimir su "manko" (slang japonés para "vagina"). El frenesí de arte en torno a o sobre la vagina no paró. Igarashi creó lámparas con formas de vagina, coches de control remoto de vagina y fundas para teléfonos en forma de vagina, entre otros provocativos utensilios. 

Hace 1 mes aproximadamente, según narra el blog de arte Hyperallergic, Igarashi fue declarada culpable de obscenidad por compartir la data de su vagina, no por la exposición física (ya que ésta sí califica como arte). Al violar las leyes de obscenidad, que al parecer no persiguen la representación de penes, la artista tendrá que pagar 400 mil yenes. Una cantidad que quizás pueda cubrir si es que recibe algún tipo de regalías por las ventas de un nuevo libro, What Is Obscenity? The Story of a Good For Nothing Artist and Her Pussy, en el que la artista de manga, Rokudenashiko, cuenta su historia en una divertida crítica a la forma en la que Japón percibe la vagina. Rokudenashiko explica que "La forma en la que Japón ve la vagina es realmente extraña".

Megumi-Igarashi-Vagina-Kayak-scan

Es evidente que existe un doble estándar en la sociedad japonesa. Mientras que cada año se celebra el Festival del Falo de Acero (Kanamara Matsuri), en el que se venera al pene y desfilan enormes falos en botargas o esculturas por las calles e incluso se consumen paletas peniles al por mayor, mostrar una vagina o hablar sobre ella en la sociedad parece causar mucho escándalo, o al menos es lo que se deduce de esta historia, la cual filtramos por medios occidentales; quizás la historia es más compleja que esto.

Igarashi señala que la razón por la que empezó a hacer arte sobre la vagina es que existe una vergüenza generalizada sobre dicha parte del cuerpo: "Nunca había visto la vagina de otra mujer y estaba demasiado consciente de la mía... por lo que pensaba que mi vagina era anormal". Al final esto la llevó dos veces a la cárcel pero también a que pusiera la vagina sobre la mesa de discusión, algo que parece ser necesario en Japón y en otros países.

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