En 1959 Mark Rothko aceptó realizar una serie de murales para el exclusivo restaurante Four Seasons de Nueva York sólo con la esperanza de que su pintura arruinara el apetito de los comensales, según cuenta Harper Magazine en el artículo “Mark Rothko: Portrait Of The Artist As An Angry Man”. Rothko confiaba en que los colores de su pintura perturbaran la mente de los “desgraciados” millonarios.
Al final la obra de Rothko no llegó a los muros del Four Seasons y al aborrecido mundo de los restaurantes de la elite neoyorkina –acabó cediéndola el Tate Museum. Esto hasta ahora, pues la chef y estilista Caitlin Levin y el fotógrafo Henry Heargreaves han reinterpretado la colección de Rothko con arroz y otros alimentos, para servir alta cocina abstracta que emula algunas de las pinturas del artista que iban a ser parte de la serie del Four Seasons.
Habíamos estado haciendo un proyecto de gradientes de comida teñida usando plátanos, pan y arroz y pensamos, ¿por qué no recrear las pinturas de Rothko?
Y aunque trabajar con arroz para llegar a los tonos de Rothko es un trabajo tardado, los resultados lo valen –después de todo, no tarda tanto como hacer un cuadro, y después te lo puedes comer. El resultado es Mark Rice-Ko, un divertido proyecto de arte y cocina (y probablemente, una pesadilla persistente para el pintor rusoestadounidense).