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Los griegos tenían más de 10 palabras para designar los diversos tipos de amor; sin embargo, el psicólogo John Alan Lee redujo estas categorías a seis

Todos los sentimientos amistosos para otros son una extensión de los sentimientos de un hombre para sí mismo.

Aristóteles

Que el hombre moderno ya no sabe jugar más lo prueba precisamente la multiplicación vertiginosa de juegos nuevos y viejos. En el juego, en los bailes y en las fiestas el hombre busca, de hecho, desesperada y obstinadamente, justo lo contrario de lo que podría encontrar: la posibilidad de volver a acceder a la fiesta perdida, un retorno a lo sagrado y a sus ritos, aunque sea en la forma de las insulsas ceremonias de la nueva religión espectacular o de una lección de tango en un salón de provincia. 

Giorgio Agamben  

 

 

La palabra amor es un concepto tan universal que a veces borra el sentido que nosotros queremos darle al pronunciarla. Después de ser empleada universalmente, la palabra ha sido despojada de su sentido primigenio, se ha vuelto un molde donde ya no podemos verter nosotros nuestro propio sentido; el "amor" se a reducido a meras sílabas y sonidos.

Los sentimientos que despierta el amor son particulares en cada uno de nosotros, y una palabra no debería constreñir su sentido. Esto lo sabían los griegos, quienes tenían distintos tipos de palabras para nombrar los diferentes tipos de amores que, según ellos, experimenta el ser humano.

Los griegos tenían más de diez palabras para designar los diversos tipos de amor; sin embargo, el psicólogo John Alan Lee redujo estas categorías a seis. Aquí están: 

 

1. Eros

El primer tipo de amor fue el eros, el nombre del dios griego de la fertilidad, y representaba la idea de la pasión y el deseo sexual, aunque los griegos no siempre pensaban en ello como algo positivo. De hecho, el eros era visto como una forma peligrosa, ardiente, e irracional de amor que podía apoderarse de ti y poseerte.

El eros implicaba una pérdida de control que asustó a los griegos, lo cual es extraño, ya que la pérdida de control es precisamente lo que muchas personas ahora buscan en una relación.

 

2. Philia

La segunda variedad del amor era la filia o amistad, que los griegos valoraron mucho más que la sexualidad del eros. Philia refiere a la profunda relación de camaradería que se desarrolló entre hermanos de armas que habían luchado uno al lado del otro en el campo de batalla. Se trataba de mostrar lealtad a los amigos sacrificándose por ellos, así como compartiendo sus emociones. (Otro tipo de filia, a veces llamado storge, encarnaba el amor entre padres e hijos).

¿Cuánto de esta filia de camaradería tenemos ahora en nuestras vidas? Es importante hacerse preguntas así en una época en la que nuestra mayor meta es acumular amigos o seguidores, muchas veces desconocidos, en Facebook y Twitter.

 

3. Ludus 

La idea de los griegos del amor lúdico refiere al afecto entre los niños y los jóvenes amantes. Todos hemos sufrido del coqueteo y las burlas en las primeras etapas de una relación. Pero también vivimos nuestro ludus cuando vamos a bailar.

Bailar puede que sea una de las últimas actividades lúdicas permitidas a cierta edad. Las normas sociales pueden fruncir el ceño ante este tipo de frivolidad adulta, pero un poco más de ludus podría ser justo lo que necesitamos para darle la vuelta a nuestras vidas amorosas.

 

4. Ágape

La cuarta palabra para el amor, y tal vez la más radical, fue el amor ágape o desinteresado. Este tipo de amor refiere a aquel que se extiende a todas las personas, ya sean familiares o extraños. Ágape fue traducido al latín como caritas, que es el origen de nuestra palabra "caridad".

C. S. Lewis se refirió a él como "regalo de amor", la forma más elevada del amor cristiano. Pero también aparece en otras tradiciones religiosas, como la idea de metta o "bondad universal" del budismo Theravada.

 

5. Pragma 

Otro amor griego era el amor maduro, conocido como pragma. Este fue el profundo conocimiento que se desarrolló entre las parejas que llevaban largo tiempo unidas.

El psicoanalista Erich Fromm dice que gastamos demasiada energía en "enamorarnos" y necesitamos aprender más de cómo "se destaca en el amor". Pragma es precisamente "estar de pie" en el amor, haciendo un esfuerzo para darlo y no sólo concentrándonos en recibirlo.

 

6. Philautia

La sexta variedad de amor del griego era la philautia o amor propio, y los griegos inteligentes se dieron cuenta de que había dos tipos: uno de ellos era una variedad poco saludable asociada con el narcisismo, donde se convierte en autoobsesión y se centra en la fama y la fortuna personal; una versión más saludable mejora nuestra capacidad más amplia de amar.

 

Los antiguos griegos encontraron diversos tipos de amor en las relaciones. Esto contrasta con nuestro enfoque típico en una relación romántica, donde esperamos encontrar todos los diferentes amores envueltos en uno solo. 

 

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