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¿Y si el oprimido fuera el opresor? La historia visual del racismo en Estados Unidos reinterpretada (FOTOS)

Por: Luis Alberto Hara - 05/24/2015

El fotógrafo Tyler Shields ha elaborado esta poderosa serie a propósito del racismo contra la población negra en Estados Unidos

Uno de los ejercicios creativos más interesantes es el que se desprende de pregunta “¿Qué hubiera pasado si…?”, esa puerta a la especulación contrafáctica que nos dispara hacia la multiplicidad de lo posible, la existencia imaginaria de lo que no fue pero pudo ser, aquello que sin ser real tampoco es fantástico, sino sólo factible.

Como concepto, esa es en parte la premisa del fotógrafo Tyler Shields, quien recientemente presentó su serie Historical Fiction, en la que el tema central es el racismo en Estados Unidos. Como sabemos, en dicho país existe una doble tradición respecto de la población de origen africano: por un lado, una vertiente en la que el denominador común es la dominación, la discriminación y el trato desigual por parte de ciertos sectores e individuos de la población blanca caucásica; sin embargo, en oposición a esta, se alza una fuerza notable de reivindicación y lucha por la igualdad y el reconocimiento político. Esa, como decimos, es una historia conocida. En el trabajo de Shields la diferencia es una vuelta de tuerca contrafáctica en la narrativa del discurso.

A partir de imágenes, iconos y símbolos visuales poderosos o fácilmente reconocibles, el fotógrafo invirtió a los protagonistas de las imágenes para mostrarnos cómo sería dicho discurso visual si la población negra fuera la opresora y la blanca la oprimida.

El resultado es sencillo pero potente, pues de algún modo parece resaltar con todavía más vehemencia la responsabilidad histórica de la población blanca de Estados Unidos, en especial esos grupos dominantes que han impulsado a lo largo de los años la discriminación en contra de los afroamericanos.

Aunque no parece posible que un policía blanco sea sometido tal y como Shields lo muestra, y aunque sucediera, de algún modo no conlleva la misma carga de injusticia e ideológica con que ponderaríamos la imagen si el inmovilizado fuera un joven negro. No porque lo merezca, sino porque el opresor se niega a asumir dicha responsabilidad histórica, y eso no se perdona fácilmente.

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