De acuerdo con la ciencia, los gatos son: narcisistas, insensibles y amenazas para tu cerebro
Por: Jimena O. - 10/22/2014
Por: Jimena O. - 10/22/2014
La eterna competencia entre gatos y perros continúa. Los dueños de cada especie defiende a su mascota como si estuviera defendiendo un rasgo elemental de sí mismo. Por ello, la ciencia llevó a cabo ese estudio en que se reveló que las personas que tienen gatos son más inteligentes que las que tienen perros; porque al final, la rivalidad entre perros y gatos es más bien la rivalidad entre las vanidades que caracterizan al género humano. Los gatos y los perros, en primer lugar, nunca debieron ser comparados ya que son especies absolutamente diferentes, y los dueños los escogen (o al menos deberían) precisamente porque conocen su comportamiento general. Sin embargo, para seguir con la corriente, la ciencia tiene algo nuevo que aportar:
“Comparados a los perros, los gatos no parecen tener el mismo tipo de lazo emocional hacia sus dueños, y demuestran afecto mucho menos frecuentemente de lo que creemos”.
Estas son las razones, según la ciencia, por las que los perros son mejores mascotas que los gatos:
Tu gato probablemente no te quiere:
Investigadores de la Universidad de Lincoln, Wisconsin, encontraron que los gatos parecen estar completamente desinteresados en si su dueño se va o regresa. “Emocionalmente, los dueños de gatos invierten mucho en su relación con su mascota”, dijeron para la BBC. “Ello no significa que los gatos inviertan lo mismo en ese tipo de relación emocional”.
Aquí quizá el problema es el dueño, y no el gato. Ya que si lo que quieres es una mascota que te necesite a todas horas y celebre tu llegada, lo que quieres es un perro. El desapego de los gatos se tiene que aprender a disfrutar como tal.
Tu gato no te está demostrando afecto:
Nadie sabe a ciencia cierta por qué ronronean los gatos. Pero al parecer ronronean por distintas razones, y no necesariamente por amor. Hay teorías que dicen que ronronean cuando tienen hambre, otras que ronronean cuando quieren pelear y otras, las más interesantes, afirman que ronronean para curarse a sí mismos: para reducir inflamación, ayudar al crecimiento de los músculos y huesos y reparar cualquier daño interno.
Un estudio de 2013 siguiere que los gatos ronronean para manipular al ser humano a pensar que están demostrando cariño (lo cual sólo añadiría un elemento fascinante al temple e inteligencia de los felinos). El mismo estudio encontró que, cuando los gatos se restriegan entre las piernas de una persona no es para demostrar cariño sino para marcar territorio al esparcir feromonas con su pelo.
Tu gato te está volviendo loc@:
Ya es vieja la teoría del parásito maligno que vive en las heces de los gatos y toma control de tu cerebro para esparcirse. El toxoplasma gondii, aunque es muy difícil que llegue hasta nuestro cerebro, y aun si llega es muy difícil que logre alterar nuestro comportamiento, es un peligro real. Entonces, si quieres otra razón científica para no tener un animal que no te quiere y que cree que eres una cosa más en su territorio, esta es buena.