*

Artista ruso se corta la oreja para protestar contra el uso de la psiquiatría con fines políticos

Por: Jimena O. - 10/21/2014

La psiquiatría con fines políticos parece ser un rezago de la ex Unión Soviética que la Rusia moderna no ha exorcizado del todo

Pyotr Pavlensky on the wall of the Serbsky psychiatry   centre after he sliced off part of his earlo

Pyotr Pavlensky es un controversial artista ruso que se ha hecho famoso por sus mutilaciones rituales. En noviembre de 2013 se clavó el escroto a las losas de la Plaza Roja en Moscú como "metáfora de la apatía, la indiferencia política y el fatalismo de la sociedad rusa moderna", además de cubrirse en alambre de púas frente al palacio legislativo de San Petersburgo en protesta por la persecución de las activistas de Pussy Riot.

Su nueva ¿obra? consistió en una especie de homenaje a Van Gogh: desnudo y armado con un enorme cuchillo de cocina, Pavlensky trepó a la muralla del hospital psiquiátrico Serbsky el domingo pasado y se cortó el lóbulo de una oreja.

Su performance se inscribe en una protesta contra el gobierno ruso pues, como han observado observadores internacionales y Amnistía Internacional, se está regresando a las viejas prácticas soviéticas de prescribir internamientos psiquiátricos a disidentes como forma de neutralizarlos políticamente.

Pavlensky, cubierto de sangre, fue llevado a un hospital moscovita por la policía, donde los médicos afirmaron que contrajo neumonía. Pero el abogado de Pavlensky, Dmitry Dinze, negó que su defendido estuviese enfermo en una entrevista con The Guardian.

Este es el proceder estándar de las autoridades rusas según Pavlensky, quien el domingo pasado escribió en la página de Facebook de su esposa que la policía "está regresando al uso de la psiquiatría con fines políticos. Armados con diagnósticos psiquiátricos, el burócrata en bata blanca corta de la sociedad aquellas piezas que le impiden establecer el dictado monolítico de una norma singular y obligatoria para todos".

El hospital Serbsky es famoso por ofrecer diagnósticos cuestionables a muchos disidentes rusos desde los tiempos de la URSS. En abril pasado, Mikhail Kosenko fue sentenciado a tratamiento psiquiátrico indefinido luego de que el hospital Serbsky lo declarara loco, decisión condenada por Amnistía Internacional. Nadiya Savchenko, piloto ucraniana capturada por separatistas pro rusos también está sometida a evaluación psiquiátrica desde la semana pasada.