A diferencia de muchas otras ramas de las artes, la arquitectura no tiene ese halo de producto de consumo: ya sea una obra de teatro, un álbum de música, un libro o un cuadro, los productos artísticos parecen vivir en una esfera paralela, colindante con la de las personas.
La arquitectura, por ello, tiene un lugar muy propio dentro del arte: es el arte del espacio, con unas fronteras mucho más grises, en ciertas ocasiones, que la imaginación creadora. ¿Qué pasaría si los arquitectos no tuvieran un límite presupuestal y pudieran simplemente dedicarse a crear el espacio de sus sueños?
Este interesante ejercicio fue el que la firma francesa Christian Bourdais propuso a 10 reconocidos arquitectos: Solo Houses busca dar libertad creativa a los arquitectos para realizar casas increíbles en una propiedad a dos horas de Barcelona, en medio de la naturaleza. Aunque el presupuesto no es ilimitado, se busca que los arquitectos las encaren no como un encargo o un trabajo, sino con imaginación lúdica.
Así, el despacho chileno Pezo von Ellrichshausen realizó una estructura simétrica con una piscina en medio, que tienes que atravesar para ir de un lado a otro de la casa. Por otra parte, Michael Meredith y Hilary Sample construirán una serie de miradores habitables que eventualmente será devorada por el crecimiento de la vegetación, convirtiéndose en una "ruina" de verano.
Tal vez el proyecto más radical sea la Casa Solo Faustino, de Didier Faustino. Cuando se construya, parecerá un asterisco caído del espacio exterior en medio del bosque.