*

Un estudio afirma que los suicidios aumentaron con las recesiones económicas en Europa y América. ¿Las medidas de contingencia están encaminadas a salvar vidas, o a salvar el capitalismo?
suicidioscrisis

Mujer con deudas en el banco amenaza con lanzarse de un edificio de Atenas, Grecia, uno de los países en donde la recesión económica caló con más fuerza.

Las consecuencias de las recesiones económicas no se quedan en la esfera financiera: el impacto social y humano de la falta de oportunidades, el desempleo y el despojo pueden tener consecuencias demográficas que los gobiernos no pueden obviar en un programa de políticas públicas responsables. Y es que la crisis económica de los últimos años en Europa y Estados Unidos ha dejado 10 mil suicidios más de los esperados según las tendencias internacionales en la material.

Sin embargo, un estudio publicado en el British Journal of Psychiatry enfatiza que no son los estragos económicos lo que lleva a las personas a terminar con sus vidas, sino la negligencia de los Estados para ofrecer programas de salud mental apropiados a las condiciones de la población, así como servicios asistenciales alternativos, como la capacitación para el empleo o el subsidio al desempleo.

El estudio (realizado por la Universidad de Oxford, y que toma en cuenta data de 24 países de la Unión Europea además de E. U. y Canadá) da cuenta de que los suicidios en Europa tendían a disminuir hasta 2007; el margen se incrementó en 6.5% para 2009, tendencia que se mantuvo hasta 2011. Esta cifra equivale a 7,950 suicidios más de los esperados.

Los disparadores de estas muertes pudieron ser la pérdida del trabajo o de una casa debido a la hipoteca, además de tener deudas. Estos factores económicos (además de factores neurológicos o psicológicos, como la depresión) estuvieron incluidos entre los factores de riesgo.

Entonces, ¿el mundo en recesión será un mundo de suicidas potenciales? No necesariamente: la tendencia la rompen países como Suecia, Finlandia y Austria, cuyas tasas de suicidio se mantuvieron constantes durante este periodo. El doctor Aaron Reeves, uno de los investigadores, afirmó que esto muestra "que la política potencialmente importa", pues aquéllos son países que invierten en esquemas que ayudan a la gente a recobrar sus trabajos.

Para Andy Bell, del Centro de Salud Mental, "el estudio dice lo que temimos mucho tiempo: que el desempleo, la inseguridad y otros factores asociados con la recesión están relacionados con mala salud mental y suicidio".

Aunque es cierto que tener una "red de seguridad" para blindar las economías y las vidas de las personas, lo que realmente deben temer los gobiernos, ¿no podría expresarse mejor diciendo que el suicidio reduce la fuerza laboral, debido a los trabajadores que dejan de contribuir a la riqueza de los países? ¿Estamos tratando de proteger la vida, o de proteger nuestro estilo de vida?