Se requiere de un toque especial para lograr la alquimia creativa que conjugue la identidad de una marca con un diseño que logre insertarse en la psique de los consumidores para permanecer viva hasta la posteridad.
Estos logos han logrado eso y más ya que, con solo mirarlos, de inmediato reconocemos el producto, en una especie de reminiscencia (o manipulación) que activa el recuerdo solo con mostrar una pequeña parte de sí, ya sea una figura, los colores o la tipografía, y como todo en este deambular mundano, también han pasado, desde su invención hasta la actualidad, por procesos de modificación. Dicen que los logos de las marcas son modernos sigilos, emblemas de brujería.