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Investigadores británicos seccionan una lombriz hasta obtener de esta 20,000 individuos, investigando con este procedimiento el posible secreto de la vida eterna en los animales.

La inmortalidad, como don o maldición, ha sido una de las fantasías constantes del ser humano, alcanzables (hasta ahora) únicamente por medio de la ficción imaginativa, aunque es cierto que ciertos desarrollos tecnlógicos y científicos contemporáneos parecen poner al alcance semejante posibilidad.

Ahora científicos británicos de la Universidad de Nottingham proponen que las lombrices podrían conservar el secreto de la vida eterna, especialmente por su habilidad de regenerarse repetidamente.

Los investigadores fueron capaces de crear una colonia de más de 20,000 especímenes de lombrices de agua y tierra pertenecientes al filo de los platelmintos a partir de una sola que cortaron en pedazos y de los cuales surgieron individuos enteros.

“Nuestros datos satisfacen una de las predicciones sobre qué sería necesario para que un animal sea potencialmente inmortal”, declaró Aziz Aboobaker, el responsable del estudio. Y abundó: “Las siguientes metas para nosotros son entender estos mecanismos con más detalle y entender mejor cómo un animal puede volverse inmortal”.

A nivel molecular, Aboobaker y sus colegas encontraron que durante su regeneración las lombrices pueden mantener los telómeros, una parte crucial de su ADN que protege los cromosomas del daño y de la pérdida de funciones celulares ligadas al envejecimiento. Además, esto se conserva tanto en las especies que se reproducen sexualmente como en las de reproducción asexual que solo se dividen en dos para multiplicarse.

Según los investigadores, el hallazgo podría servir  para desarrollar nuevos métodos que permitan al ser humano mantenerse joven por más tiempo.

Pero quizá, como quería Borges, los animales son de suyo inmortales solo porque, afortunados, carecen de la conciencia de la muerte que sí tiene el género humano.

[Telegraph]