Piedras de sol nórdicas: magia y ciencia en la navegación vikinga
Arte
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 11/08/2011
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 11/08/2011
Los vikingos tienen fama de haber sido grandes e intrépidos navegantes, exploradores certeros que con embarcaciones rudimentarias pero resistentes alcanzaron territorios que otros tardarían muchos años en redescubrir. Y se cuenta que mucha de esta pericia marítima se debía a unas piedras mágicas que llamaban “sunstones”, piedras de sol que brillaban cuando todas las otras luces se extinguían, conduciéndolos así por una ruta segura.
Esta especie de talismán al que se recurría en situaciones difíciles parece que tiene sustento histórico y, mejor todavía, geológico. De acuerdo con un grupo bastante diverso de investigadores europeos, esas míticas “sunstones” serían un tipo especial de espato, esto es, un mineral calizo muy transparente que por esta razón habría reflejado la luz solar incluso en días nublados.
Recordemos que la brújula llegaría a Europa solo hasta el siglo XIII, sin hablar de otros instrumentos de navegación (como el astrolabio) que se construirían casi doscientos años después.
En este escenario, casi la única manera de orientarse en alta mar es por medio del Sol pero, en latitudes nórdicas como las que navegaban los vikingos, en que los días grises y nubosos pueden ser un obstáculo a vencer, el más mínimo rayo de luz visible sería sumamente útil. De ahí la importancia del espato: por su alta capacidad polarizadora y por su maleabilidad que permitía tallarlas en forma de rombo, la luz se fracturaba en estas “sunstones” en distintos ángulos, posibilitando una mejor orientación.
“Si pones un punto en la parte superior del cristal y ves a través de él por debajo, aparecerán dos puntos. Entonces tienes que rotar el cristal hasta que ambos puntos tengan la misma intensidad u oscuridad. En ese ángulo, la cara que mira hacia arriba indica la dirección en que se encuentra el Sol”, declaró Guy Ropars, del Laboratorio de Física de Láser de la Universidad de Rennes, Francia. Además, dijo Ropars, la precisión que se obtiene con este método se mantiene incluso en condiciones de ocaso.
Este descubrimiento no está del todo confirmado, pero los investigadores esperan que luego de encontrar una pieza tallada de espato, una auténtica “sunstone” entre los restos recuperados de una nave isabelina que naufragó en 1592, podrán afirmar con toda certeza que la leyenda vikinga es más científica que mágica —aunque muchas veces esas sean dos palabras que nombran lo mismo pero en distintos momentos de la historia.
[BBC]