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Un video de la gente de Hungry Beast muestra en tres minutos cómo la arquitectura y los elementos de diseño de los malls están hechos para manipular la psique de los consumidores y hacerlos que desaten el comprador patológico que llevan dentro.

Los malls  o centros comerciales son las mecas arquitectónicas de la sociedad de consumo, y el diseño de estos templos del capital no es gratuito: todo está pensado para manipular tu psique para que te desprendas fácilmente de tu dinero.

De entrada el mall crea una espacio de interzona que te da un respiro, un descanso visual antes de la inmersión en la vorágine. Ya en los pasillos de los comercios todo está hecho para que busques refugio del ruido y de la sensación de desorientación programada en el cálido interior de una tienda.

Como los casinos, los centros comerciales construyen la sensación de ser mundos fuera del mundo: nunca verás un reloj y se intentará bloquear toda vista exterior, para lograr el efecto de la cápsula, bajo cuya dosis podrás perderte en el mundo de las compras.

Uno de los ejemplos de la manipulación del consumidor es Ikea, que teje un laberinto alrededor de sus  productos para que una persona interactúe con productos los cuales no pensaba comprar. Según un estudio  de la Universidad de Londres muestra, de esta forma los consumidores compran hasta 60% más.

Otro de los trucos de los malls es que te sea difícil acordarte de dónde dejaste tu auto: luego de haber sido bombardeado por tantos estímulos, haces lo que sea para no tener que afrontar este predicamento... y caes en cuenta que después de todo sí necesitas otro televisor.