La relación entre el hongo y el hombre es sumamente antigua y estrecha, probablemente más de lo que generalmente se piensa. Recientemente se ha descubierto un mural en una cueva en España de hace 6 mil años en el que se representa a un hongo con propiedades alucinógenas -la más antigua evidencia del uso de estos enteógenos en Europa.
El mural de Selva Pasacuala, en una cueva cerca del pueblo de Villar del Humo, está dominado por un toro, alrededor del cual crece una familia de 13 hongos. Brian Akers del Pasco-Hernando Community College y Gastón Guzmá del Instituto Ecológico de Xalapa creen que estos objetos son representaciones de los hongos Psilocybe hispanica, los cuales contienen psilocibina, el principio activo de muchos de los hongos alucinógenos, parte de la ilustre familia de las triptaminas.
El hongo P. hispanica tiene un sombrero en forma de campana con un domo y carece del annulus -el anillo alrededor de su tall-, como los objetos representados en el mural. Este hongo ha sido encontrado creciendo sobre el excremento de caballos en España, por lo cual es probable que haya crecido también en el excremento de toros y vacas, animales que fueron sagrados para las culturas primitivas.
Existe un mural más antiguo en Algeria que representa una serie de hongos mágicos de la especie Psilocybe mairei que tiene entre 7000 y 900 años.
El etnobotánico Terence Mckenna relaciona el culto de estos animales -consagrados a la Madre Tierra- con el uso de los hongos psicodélicos. Mckenna también creía que los hongos no solamente fueron usados en la culturas chamánicas que precedieron a las religiones organizadas, sino que el hongo es una especie de inteligencia cósmica que ha asistido al hombre en su evolución:
"Y el último momento cuerod que conocimos fue en las planicies de África hace 15 mil años, mecidos en la cuna de la Gran Diosa Cornuda de los Hongos antes de la historia, antes de los ejércitos, antes de la esclavitud y la propiedad, antes de la guerra, de los alfabetos fonéticos y del monoteísmo, antes, antes, antes. Y aquí es donde el futuro nos está llevando, porque la fe secreta del siglo XX no es el modernismo, la fe secreta del siglo XX es la nostalgia por lo arcaíco, nostalgia por el paleolítico, y esto produce las perforaciones corporales, el expresionismo abstracto, el surrealismo, el jazz, el rock and roll y la teoría escatológica. La mente el siglo veinte tiene una nostalgia por el paraíso que alguna vez existió en las planicies moteadas de hongos de África, donde ocurrió la simbiosis humano-planta que nos extrajó del cuerpo animal hacia esta creatura que usa herramientas, que explora e imagina y crea cultura que somos. Y ¿por qué importa? Importa porque nos muestra que el camino hacia afuera va de regreso y que el futuro es un escape hacia delante hacia el pasado. Esto es lo que significa la experiencia psicodélica. Es un portal hacia afuera de la historia hacia dentro de los cables debajo de la tabla de la eternidad".
