Hacer un mapa del mundo invisible es una empresa tanto útil como poética. Una guía de navegación etérea y una incantación esotérica. La editorial Watkins ha conjurado esta encantadora empresa creando un mapa espiritual de esta laberíntica ciudad, llena de ángeles y fantasmas. En esta ciudad los magos John Dee y Edward Kelley canalizaron un alfabeto de ángeles, Blake ofició como sacerdote entre el cielo y el infierno y los masones erigieron sus templos-rascacielos y su brujería financiera. La cartografía de la espiritualidad colectiva de la urbe modernamente incluye líneas magnetices, avistamientos de OVNIs y hasta la psicogeografía de momentos de epifanía. La belleza del mapa es que va formando su geometría oculta con la participación de los usuarios que reportan sus experiencias, y en este sentido se vuelve el diagrama del inconsciente colectivo en su proceso de conscientización.
El mapa nos introduce a sitios donde se reunían sociedades secretas, donde se puede encontrar a la otredad o lugares destacado por su belleza capaz de elevar el espíritu. Sin duda un buen acompañante para ese placer ascético que es recorrer las calles de una ciudad como Londres, que en cierta forma es un fractal o un Aleph de la civilización planetaria.