Una pequeña guía científica para entender el cambio climático
Ecosistemas
Por: Monse Aguilar - 07/14/2021
Por: Monse Aguilar - 07/14/2021
En 2015, la Organización Mundial de las Naciones Unidas publicó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, documento que establece una ruta de transformación política, económica y social para los países miembros de la ONU y en el que se incluyen diecisiete objetivos y 169 metas a cumplir. Uno de los objetivos primordiales es generar acciones contundentes para la mitigación y adaptación al cambio climático, pues su impacto en el planeta puede resultar devastador.
Los efectos más graves del cambio climático son los siguientes:
De manera natural, en el planeta se producen gases que forman parte de la atmósfera y absorben la radiación infrarroja de las capas terrestres provocando un aumento de la temperatura de la superficie y de la capa atmosférica que rodea a la Tierra. El CO2 se produce de forma natural en la atmósfera y, sin él, el planeta estaría demasiado frío como para albergar cualquier forma de vida.
Cuando estos gasese se acumulan en la capa superior dejan pasar la luz pero mantienen el calor como las paredes de cristal de un invernadero, por lo que las actividades antropogénicas como la quema de combustibles fósiles para obtener energía, los procesos industriales a gran escala e inclusive los conflictos armados, aumentan las emisiones de CO2, incrementando la temperatura natural de la Tierra.
Como consecuencia de la excesiva emisión de gases de efecto invernadero, la temperatura de la Tierra deja de ser constante y se convierte en una variable climática que afecta la supervivencia de diversos ecosistemas que requieren niveles de adaptación más rápidos a las nuevas condiciones de vida. Así, los patrones meteorológicos que proveen información para estimar las temporadas de lluvia o sequía en periodos que habían sido determinados históricamente se vuelven más impredecibles, pues la variable climática ya no es la misma.
La recomendación de la ONU a través del IPCC es que, para mitigar el impacto del calentamiento global, en 2030 la temperatura del planeta no rebase el aumento de 2°F. Traspasar esa barrera implicaría un daño irreversible para la Tierra.
A causa del calentamiento global, los polos terrestres de Groenlandia y la Antártida están sufriendo un derretimiento acelerado de glaciares. Asimismo, también se acelera la extinción de diferentes especies de flora y fauna endémicas del clima frío.
Se estima que, si no hay cambios significativos para disminuir la temperatura del planeta, el paisaje polar podría desaparecer por completo para 2050.
Otra de las consecuencias directas del derretimiento de los polos es el aumento acelerado de los niveles de agua de los océanos. De acuerdo con el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), durante el periodo 1901-2010 el nivel medio global del mar se elevó diecinueve centímetros. Se estima que para el año 2100 el nivel del mar será entre quince y noventa centímetros más alto que el actual y ello podría amenazar aproximadamente a sesenta millones de personas.
Actualmente hay algunas regiones del mundo que ya padecen inundaciones y desbordamientos de ríos, lagos y mares por el incremento de agua.
El aumento de la temperatura de la atmósfera también afecta directamente la temperatura del agua de los océanos. Muchas especies animales se verán obligadas a migrar para sobrevivir a las variaciones de los principales patrones climáticos alterados por el incremento progresivo de la temperatura de su ecosistema de origen.
Los océanos más cálidos provocan un aumento de las precipitaciones pluviales, lo que genera tormentas más duraderas e intensas, huracanes más fuertes, inundaciones costeras peligrosas y la pérdida de hielo marino. Como consecuencia, también los seres humanos deberán desplazarse de estas zonas.
Todos los impactos mencionados representan una amenaza directa para la supervivencia de los seres humanos. Por ejemplo, el calentamiento global acelera la desertificación de zonas fértiles para el cultivo e implica un impacto directo en la agricultura y la economía, lo que podría devenir en escasez de alimentos o hambrunas, entre otros.
De igual manera, los avances científicos y tecnológicos para prevenir, tratar y contener enfermedades altamente contagiosas y mortales podrían ser insuficientes, lo que agravaría la crisis de salud mundial que se vive en regiones con un alto grado de marginación social.
Comprender la magnitud del problema a través del conocimiento científico nos brinda la posibilidad de emprender acciones individuales para el cuidado del planeta y también nos abre el panorama respecto a lo importante que son las acciones gubernamentales para sumar esfuerzos y detener los efectos del cambio climático.
Con información de CNN