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Datos de la directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugieren que la deforestación es responsable de las crisis de salud que hemos estado viviendo

Una de las lecciones más importantes que pueden aprenderse de la pandemia que vivimos actualmente y otras epidemias (tanto presentes como del pasado) es que el incremento que se ha presentado en brotes de este tipo en todo el mundo está relacionado con la destrucción del medioambiente. Y también, que una de las mejores formas de impedir nuevas epidemias, posiblemente peores a la que estamos viviendo, es cuidando los bosques y hábitats en general.

Recientemente la médica María Neira, quien es directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró que la pandemia de covid-19 muestra una vez más la relación entre los virus y las presiones a las que el ser humano somete al medioambiente, produciendo lo que se conoce como zoonosis: el salto de un agente patógeno de un animal al ser humano. Debido a esto, Neira ha hecho énfasis en que es extremadamente importante hacer que los gobiernos tomen medidas para detener la deforestación.

Respondiendo preguntas del diario El País, Neira dijo:

Las prácticas de deforestación intensa, que se hacen siempre en nombre de la economía a corto plazo, tienen efectos devastadores para el futuro de la humanidad. Al cortar la selva para remplazarla por agricultura intensiva y contaminante, los animales que viven en esos lugares donde el hombre no ha entrado sufren profundas transformaciones. Aparecen especies con las que no estábamos en contacto y que nos pueden transmitir enfermedades. Pasar de tener una foresta tropical a un cultivo, con abonos y pesticidas que nunca habían entrado a ese ecosistema, altera el tipo de vectores que pueden transmitir los virus. La deforestación es una forma de tumbar esa barrera ambiental entre especies que nos protege de forma natural.

Neira mencionó que un caso muy claro fue el del ébola, cuyo virus causante "saltó de los murciélagos frugívoros de las selvas de África occidental a los humanos y desató el contagio". Este mismo fenómeno ocurrió con el sida y el SARS, cada uno con sus particularidades pero igualmente como casos de zoonosis. De hecho, según la médica española, "el 70% de los últimos brotes epidémicos que hemos sufrido tiene su origen en la deforestación y en esa ruptura violenta con los ecosistemas y sus especies".

Y si bien, hasta el momento, el brote reciente de coronavirus no se ha asociado puntualmente con la deforestación, de cualquier manera existe una relación con la sobreexplotación de la naturaleza, simbolizada en la actividad del mercado clandestino de animales de Wuhan donde parece ser que se dieron los primeros contagios. En el caso de dicho comercio, es claro que el ser humano está extrayendo de su hábitat natural animales con los que no tiene contacto comúnmente para llevarlos a sitios donde estos tienen a su vez contacto con otras especies (sin ninguna relación con dicho hábitat) y, por supuesto, con los seres humanos.

La directora Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS agregó que actualmente el ser humano ha empezado a ir en contra de su futuro y de su propio bien, destruyendo aquello que es esencial para su vida y advirtió que, de no modificar su comportamiento de manera radical, en poco tiempo las consecuencias serán irreversibles.

 


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