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¿Estar solo o sentirse solo? Algunos consejos para distinguir entre aislamiento y soledad y no padecer ninguno de ellos

Salud

Por: Sandra Nieto - 10/01/2022

La soledad, fructífera en varios sentidos, puede volverse una carga para algunas personas; estas recomendaciones están orientadas a comprender el sentirse solo desde otras perspectivas

La sensación de soledad es algo muy común en nuestros tiempos. Cada vez son más las personas que se sienten solas, a pesar de estar rodeadas de gente. 

Y es que estar solo es muy distinto a sentirse solo. Lo primero se refiere a que una persona no está continuamente acompañada por otros; lo segundo es un estado emocional, un sentimiento de aislamiento y vacío, que se experimenta incluso al estar en medio de una multitud o aun en compañía de personas cercanas, con quienes al menos en principio uno debería sentirse a gusto.

Si una persona está sola por decisión o por convicción y logra ser feliz, será alguien sano y experimentará más momentos de paz y armonía consigo mismo. En cambio, las personas que sienten un vacío aunque estén rodeadas de otros seres humanos se enfrentan con sensaciones de angustia, temor e inestabilidad, y ven lesionada su calidad de vida en todos los aspectos.

Compartimos a continuación algunos consejos para lidiar con esas sensaciones.

 

Ve la situación desde otra perspectiva

Cambiar el enfoque sobre lo que significa sentirte solo puede hacer que sea más fácil sobrellevarlo. La soledad ocurre cuando no se satisfacen tus necesidades de interacción social y conexión humana. 

La mayoría de las personas necesitan relaciones cercanas para prosperar, sin embargo, cierta cantidad de soledad, o tiempo de calidad a solas, también son importantes y necesarios. La soledad crea oportunidades para el autodescubrimiento, el pensamiento creativo y la autorreflexión. El tiempo a solas también puede abrir la puerta a una mayor atención plena, lo que puede ayudar a reducir la ansiedad y la depresión.

La próxima vez que la sensación de soledad comience a surgir, acéptala como viene. Aprovecha el momento para dedicar tiempo a algún pasatiempo, pon tu música favorita, ve una película que te ponga de buen humor o simplemente siéntate a reflexionar y sintoniza con tus sentimientos y metas personales.

Independientemente de lo que elijas hacer, encontrar formas de aprovechar al máximo tu tiempo a solas puede ayudarte a abrazar a la soledad en vez de temerle y huir de ella, para así usarla para tu beneficio.

 

Practica la gratitud

Puede parecer difícil notar cosas positivas en tu vida cuando te sientes solo, pero tomar unos minutos para practicar la gratitud todos los días te puede ayudar a sentirte mejor y aliviar la sensación de soledad.

Practicar la gratitud puede ser tan simple como pensar en algo pequeño que disfrutaste recientemente, hablar con un amigo o comer algo delicioso. También puedes intentar escribir algunas cosas por las que estás agradecido, recordar algunos momentos positivos de tu día o revivir una experiencia feliz del pasado en tu mente.

 

Llena tu casa de sonidos agradables

Aunque no se ha demostrado específicamente que la música y otros sonidos reduzcan la soledad, sí pueden ayudar a aminorar el malestar emocional que puede ocasionar. El sonido puede contribuir a llenar el espacio en tu entorno y en tus pensamientos, lo que hace que te sientas menos abrumado. 

Por ejemplo, la música puede mejorar tu estado de ánimo, mientras que los audiolibros pueden proporcionar distracción y un escape temporal. Los podcasts y la radio hablada informan y entretienen, y su ambiente de conversación también puede ayudar a crear una sensación de conexión. 

Un programa de televisión o una película pueden ayudar a romper el silencio de una manera reconfortante, incluso si no te sientas a ver la TV con toda tu atención, puedes dejarla como acompañamiento ambiental e igual funcionará. Y también, abrir una ventana para escuchar los sonidos de las aves, los autos y la gente puede ayudar a que te sientas más conectado con el resto del mundo.

 
Llama a un ser querido

Incluso si no ves a tus amigos o familiares con regularidad, puedes mantener su cercanía a través del teléfono o una videollamada, pues las interacciones virtuales ayudan a reducir la soledad y benefician la salud mental si no te puedes reunir en persona.

A veces, un mensaje de texto rápido puede parecer la forma más fácil de conectarse, pero no subestimes el poder de hablar con otra persona; una simple llamada telefónica de diez minutos puede ayudar a aliviar la soledad.

 
Aprovecha al máximo tus interacciones

El simple hecho de pasar tiempo con los demás no siempre aliviará la soledad; incluso, estar entre una multitud o vivir en áreas superpobladas puede llegar a aumentar los sentimientos de soledad.

Esto se debe a que la calidad de las interacciones importa más que el número de ellas. Por eso es posible que te sientas solo en un grupo grande de conocidos casuales, pero satisfecho con una velada tranquila en un grupo pequeño de amigos o incluso al lado de una sola persona que sea muy cercana.

La forma en que pasas tiempo con los demás también puede marcar una gran diferencia. A veces es posible que sólo necesites un poco de compañía y te sientas bien viendo una película con un amigo, o simplemente al estar juntos en silencio.

Cuando sientas la necesidad de conectar a un nivel más profundo, encuentra formas de hacer que tus interacciones sean más significativas, por ejemplo:

  • Compartir emociones y experiencias personales.
  • Hacer preguntas y escuchar realmente lo que la otra persona dice.
  • Hablar sobre cosas que te importan a ti y a la otra persona: trabajo, proyectos creativos, intereses mutuos.
  • Centrar las conversaciones en temas que les brindan alegría a ambos, en lugar de comentar las noticias del día o el estado del clima.

 
Sal al aire libre

Un cambio de entorno puede distraerte y ayudar a mitigar el dolor de la soledad. Salir de la casa puede ayudar a que te encuentres con personas conocidas, como tus vecinos o la gente que trabaja en los alrededores; varios de ellos probablemente te saludarán, responderán tu saludo o te sonreirán y así te recordarán que no estás solo en el mundo.

El tiempo al aire libre, en especial si entras en contacto con la naturaleza, también puede ayudar a aliviar la angustia emocional, mitigar la soledad y mejorar tu bienestar general. Así que la próxima vez que la sensación de soledad empiece a abrumarte, trata de salir a caminar un rato; seguro te sentirás mejor y tu mente se despejará.

 

Habla sobre tus sentimientos

Las emociones tienden a acumularse bajo la superficie y se intensifican cuando no se reconocen. Por ello, expresar tus sentimientos en voz alta puede disminuir su poder para causar angustia.

Decirle a un ser querido que te sientes solo puede hacer que sea más fácil obtener apoyo emocional. Además, hablar sobre ello también puede ayudar a que tus seres queridos tengan la confianza de acercarse a ti para compartir alguna situación o sentimiento que estén afrontando, lo que hace posible que exploren juntos estrategias de enfrentamiento.

Compartir emociones dolorosas o no deseadas con otras personas puede resultar difícil, especialmente si no estás acostumbrado a hablar de tus sentimientos. Así que, si no te sientes con ganas de hablar de lo que sientes con alguien, también puede ser benéfico si lo escribes, ya que esta es una forma de expresar y ordenar los sentimientos, lo que ayuda a promover el bienestar.

 
Deja salir tu lado creativo

Las actividades creativas, como el arte, la música y la escritura, pueden ayudar a mejorar la salud mental. Si estas actividades te brindan alegría y te ayudan a sentir más conectado, también pueden contribuir a reducir los sentimientos de soledad.

La creación también te puede brindar con una sensación de plenitud y satisfacción, emociones que pueden desafiar cualquier estado de ánimo en el que predominen la soledad y la tristeza.

Si bien es posible que un lienzo en blanco o una página en blanco no borren por completo la soledad o eviten que regrese, el arte ofrece otra área de enfoque, una en la que puedes aprovechar tus emociones para canalizarlas a través de la creatividad y así crear algo que te haga sentir conectado con el mundo.

 

Pasa tiempo con tus mascotas

Aunque los animales no puedan hablar, ofrecen una valiosa compañía. La presencia de otro ser vivo puede consolarte, y sus travesuras u ocurrencias pueden levantarte el ánimo y aliviar el estrés, como confirman los miles de videos de mascotas y sus millones de reproducciones.

La investigación también sugiere que tener una mascota puede mejorar el bienestar mental y físico. Como otra ventaja, tener un perro te da una razón para salir a la calle con regularidad.

Si no tienes una mascota y cuentas con el tiempo, la paciencia, el amor y los recursos para tenerla, es un buen momento para adoptar una. O bien, puedes sumarte como voluntario en un albergue o refugio, para ayudar a pasear a los perros, apapacharlos o bañarlos. Esto puede tener un doble beneficio, ya que pasar tiempo como voluntario es una actividad que contribuye a reducir la soledad.

 
Descansa de las redes sociales

Si bien las redes sociales parecen una forma de mantener conexiones con los seres queridos, a veces pueden aumentar los sentimientos de soledad. Las publicaciones de otras personas yendo a reuniones, fiestas, viajes, siendo felices con sus amigos o compañeros, pueden resultar dolorosas, ya que hacen crecer los sentimientos angustiantes de quienes se sienten solos. 

Por supuesto, las redes sociales nunca muestran la imagen completa, por lo que no puedes saber realmente lo que sienten esas personas detrás de sus fotos aparentemente llenas de felicidad. También vale la pena considerar que algunas de esas publicaciones podrían servir como el enfoque de otra persona para contrarrestar la soledad.

Las investigaciones indican que compararse con otros en las redes sociales puede estar relacionado con una mayor soledad. Entonces, cuando la soledad te abrume, aléjate un rato de las redes sociales y conecta con tus seres queridos a través de mensajes o, mejor aún, de una llamada. 

 
Haz algo que te importe

La soledad puede ocupar tus pensamientos hasta el punto en que te resulte difícil pensar en otra cosa, incluidas las cosas que normalmente disfrutas. Hacer cosas que disfrutas o que son significativas para ti también puede ayudar a encontrar la calma interior.

Tus pasatiempos favoritos pueden llenar el tiempo hasta que puedas volver a ver a tus seres queridos. No olvides que los hobbies y las actividades relajantes también benefician la salud mental, la cual juega un papel importante en el bienestar general.

 
Busca ayuda profesional

Si la soledad te hace sentir deprimido y sin esperanza, es posible que necesites alguien que te escuche desde el punto de vista de un profesional de la salud mental y te brinde apoyo adicional para superar un momento de crisis.

Si la soledad no parece mejorar y te sientes deprimido la mayoría de las veces, hablar con un terapeuta te puede ayudar a encontrar las mejores estrategias para manejar la angustia en el momento y para lidiar con la soledad de manera más efectiva en el futuro.

 

Recuerda que nada es permanente

Por abrumadora que se sienta, la soledad no durará para siempre, y reconocerlo puede traer algo de alivio. La vida es en sí misma impermanente. Además, debes saber que no estás solo en esto, pues ese sentimiento de soledad es de lo más común y generalizado en el mundo actual, por lo que si compartes tu sentir con alguien, es muy probable que esa persona también lo haya experimentado y pueda comprenderte y apoyarte. 

 

La sensación de soledad prolongada puede agotarte emocionalmente, haciendo que la vida parezca sombría y sin sentido. También puede provocar síntomas físicos, incluidos dolores y molestias, problemas para dormir y una respuesta inmunitaria debilitada.

Si te sientes identificado con esto y te has sentido solo recientemente o desde hace algún tiempo, debes saber que hay pasos que puedes seguir y que te ayudarán a sentirte más conectado con los demás 


Contenido cortesía de harmonia.la


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Imagen de portada: Solitude (Frederic Leighton, ca. 1890; detalle)