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Joven con mejor promedio de Madrid apaga su cuenta de Twitter y confirma: la tecnología y el dinero no lo son todo

Sociedad

Por: Luis Alberto Hara - 06/28/2022

Atacado por los usuarios en Twitter, Gabriel Plaza nos dejó una muestra más de su rara madurez y profundo pensamiento

Gabriel Plaza, el joven que recientemente obtuvo el mejor promedio entre todos los estudiantes de Madrid, sigue dando cátedra de inteligencia y mesura. Plaza tiene 18 años y anunció que estudiará Filología Clásica, en un momento en el que las humanidades han perdido prestigio y triunfa el utilitarismo tecnológico. Su decisión dejó perplejos a muchos que consideran que está desperdiciando la oportunidad de ganar mucho más dinero e incidir en la sociedad. Otros alabaron su decisión y entendieron que se trataba de una voz de razón y valentía en un mundo de confusión y banalidad.

La evolución de su rápido salto a la fama refuerza la intuición de que Plaza es una persona con un aplomo especial y de que vivimos en tiempos de una patológica enajenación tecnológica y cientificista. Plaza dejó una frase eminentemente citable, que quizá no le cayó bien a algunos: "Es mejor hacer lo que te gusta. Prefiero la felicidad al éxito seguro". Horas después de que su nota colmara la Red, Plaza empezó a ser objeto de una horda de trolls. El tribunal de la doxa que es Twitter se dejó sentir. Según reporta El País:

Se dedicaron a machacarlo. De hecho, aún están visibles. "Luego nos quejamos de la precariedad". "Vaya mierda de carrera". "Tan esenciales no son las Humanidades cuando vivo sin ellas". Etcétera. Sí, también hubo felicitaciones, seguramente más, incluso, pero estamos hablando de críticas a un chaval de 18 años por estudiar lo que le gusta, simplemente.

Esta arremetida del público le permitió a Plaza demostrar su elegancia y cordura. Decidió apagar su cuenta durante cuarenta y ocho horas. Esto puede parecer poco pero demuestra cierta madurez, cierta higiene digital (y mental). Y ofreció un análisis sobre lo sucedido: "Las redes te conectan con muchísimas personas. Estamos expuestos a estímulos y a ver las vidas de los otros. Tras la barrera del anonimato, resulta más fácil opinar sobre los demás que hacerlo con nombre y apellidos". Es necesario tomar pausas y desconectarse.

Pero sobre todo, nos regaló esta frase que denota algo de verdadero entendimiento de la realidad, y una sutil crítica al modelo tecnocrático de la educación: "¿Qué hay más útil que estudiar lenguas? Nos están poniendo por las nubes las nuevas tecnologías y la productividad, pero eso no puede ser todo en la vida. No todo es el dinero".

Y es que buena parte de la decadencia intelectual de nuestra época y del predominio del airado y vacuo debate de las redes sociales, que se centra sobre todo en emociones y opiniones y no en ideas y conceptos filosóficos propiamente entendidos, se debe a olvidar las lenguas -y los mundos literarios a los que dan acceso- y el pasado y ocuparse únicamente de la técnica y lo novedoso.


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Imagen de portada: El Independiente