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Thich Nhat Hanh, uno de los padres del movimiento mindfulness y divulgador de un budismo ecológico con su concepto de "interser", murió a los 95 años en Vietnam

El maestro de budismo zen Thich Nhat Hanh murió el pasado 22 de enero en su natal Vietnam luego de una larga enfermedad. Nhat Hanh, quien tenía 95 años, era considerado el segundo budista más influyente en el mundo, después del Dalái Lama. Nhat Hanh fue especialmente conocido por su activismo ecológico y por su difusión de la práctica del mindfulness.

Nhat Hanh fundó la comunidad monástica Plum Village en Francia en 1982, actualmente el monasterio budista más grande de Europa, con más de 1 271 comunidades aliadas en todo el mundo. Dominó el inglés, el francés, el chino y el vietnamita, además de tener conocimiento de las lenguas clásicas del budismo: el pali y el sánscrito. Fue autor de cerca de 100 libros y es considerado uno de los pensadores más importantes en el diálogo interreligioso, especialmente en lo que se conoce como engaged buddhism o budismo comprometido.

Nhat Hanh estudió en Princeton, en Estados Unidos, y se convirtió en uno de los más visibles oponentes a la guerra de Vietnam. Entre sus múltiples amigos célebres destacan el monje cristiano Thomas Merton y el Dr. Martin Luther King Jr., quien lo nominó al Premio Nobel de la Paz. Nhat Han vivió en el exilio 39 años y no regresó a Vietnam hasta 2005.

Más allá de su rol político, Nhat Hanh fue siempre un maestro de meditación que instruyó a miles de personas en la tradición zen, aunque incorporó algunos aspectos del budismo theravada, muy prominente en el sur de Asia. Se le recuerda también por su especial talento para divulgar los conceptos más importantes del budismo de una manera simple e inteligible. Por ejemplo, su idea de "interser", con la cual glosa la noción fundamental del budismo, la originación dependiente (pratityasamutpada en sánscrito). Este principio sostiene que no existe ninguna cosa en el universo que sea independiente y por lo tanto nada tiene sustancia, nada se sostiene por sí solo.

Además de ser la base para la importante idea de la vacuidad en el budismo mahayana, Nhat Hanh lo aplicó a la ecología y al problema del cambio climático. Una de sus aportaciones más relevantes fue notar que el problema ecológico no sólo es un problema político y económico sino sobre todo un problema filosófico y espiritual cuya raíz está en la concepción mecanicista del ser humano como un individuo separado de la naturaleza, sin que exista un vínculo entre sus actos y pensamientos y el mundo natural. El entendimiento del interser produce un sentimiento de responsabilidad, gratitud y fraternidad entre todos los seres vivos y elementos que conforman el planeta. 

El maestro Thich Nhat Hanh murió pacíficamente en su templo madre Tu Hien en Hue, Vietnam. Su comunidad declaró:

Invitamos a nuestra familia espiritual en todo el mundo a que se tome unos momentos para estar en calma, regresar la atención a la respiración, y juntos llevar el recuerdo de Thay en el corazón, con paz y gratitud por todo lo que nos ofreció.


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Imagen de portada: The Conversation