El Plan de la Gran Recuperación: una inciativa para solucionar las crisis que vive el planeta actualmente
Sociedad
Por: José Robles - 06/02/2021
Por: José Robles - 06/02/2021
Entre las varias iniciativas que existen actualmente para crear conciencia y alerta sobre la crisis que vive el planeta (en sentido amplio), una de las más recientes e interesantes es la teoría de la Gran Recuperación, conocida en inglés como “The Great Recovery theory of change”.
De manera general, esta propuesta sostiene que el estado de crisis del momento actual –en el cual pueden identificarse al menos las crisis climática, social y económica en todos los rincones de la Tierra– es indisociable de la crisis de salud pública detonada por la pandemia de covid-19, la cual a su vez está relacionada con el desarrollo y producción de vacunas para combatir la enfermedad.
La simple mención de estos elementos deja ver que estamos frente a un panorama complejo en el que están involucrados múltiples actores, tanto en el desarrollo de la situación como en lo referente a un posible proceso de resolución.
El Plan de la Gran Recuperación agrupa a organizaciones y personas que, por su actividad profesional o compromiso social, buscan generar un bloque amplio que ejerza presión particularmente sobre los gobernantes del G7 y del G20. Esto es, los siete países más poderosos del mundo (por su capacidad económica, política y militar) y los veinte países más industrializados y emergentes (entre los cuales están incluidos los siete primeros).
Los líderes de estos dos bloques tienen el poder suficiente para tomar las decisiones necesarias para generar un cambio auténtico no sólo en sus países sino, en conjunto, en el planeta entero.
La propuesta de la Gran Recuperación nos invita a exigirle a estos líderes vacunas para todos, sanidad universal y alimentación saludable, condiciones indispensables para revertir otras situaciones de emergencia, como el aumento de la temperatura global o el uso de energías fósiles. Además, también se buscan cambios como la redistribución de la riqueza y garantizar derechos civiles básicos, como el de expresión o el derecho a organizarse colectivamente.
Sin duda, la ambición es grande, pero esta propuesta surge de confiar en que es posible reunir a todas las personas y agrupaciones interesadas en remediar la crisis en la que se encuentra el planeta, en buena medida a causa de la actividad humana. Asimismo, este esfuerzo parte de la premisa de que todavía estamos a tiempo de hacer algo al respecto.