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Una especie muy antigua que desafía ciertas nociones de que para sobrevivir es necesario cambiar

Los cocodrilos son un de los más poderosos depredadores, conocidos por su estrategia de permanecer mucho tiempo inmóviles. Y esta actitud no es sólo parte de la manera en la que descansan o cazan: también es parte de su historia evolutiva.

En un estudio reciente, publicado en la revista Communications Biology, investigadores de la Universidad de Bristol han mostrado que la forma que tienen los cocodrilos actualmente es casi exactamente la misma que tenían hace doscientos millones de años, con apenas veinticinco especies diferentes de este reptil. En comparación, otras clases de animales como las aves, que aparecieron muchos años después que los cocodrilos, se han diversificado en más de diez mil especies.

La razón por la cual los cocodrilos no han recurrido mucho a la evolución es lo que se conoce como "equilibrio puntuado", esto es, la tendencia de ciertas especies a permanecer estables en sus características anatómicas y fisiológicas por mucho tiempo, pues esto es lo conveniente para su supervivencia.

Mientras no haya cambios radicales en el medioambiente, las especies en equilibrio puntuado pueden mantenerse casi idénticas durante miles y aun millones de años. A este respecto, los estudios fósiles sugieren que, en el caso de los cocodrilos, las subespecies que evolucionaron más rápido se extinguieron, mientras que los cocodrilos que conocemos actualmente se preservaron casi sin cambios, gracias a lo cual lograron mantenerse vivos.

Los cocodrilos han logrado una equilibrio que les permite ser muy eficientes en sus acciones necesarias para su supervivencia y, a la vez, tener una capacidad de adaptación suficiente como para que no necesiten evolucionar. Esto puede observarse en su capacidad de pasar mucho tiempo sin comer o en su sensibilidad a la temperatura, por mencionar dos ejemplos.

Aunque generalmente asociamos la evolución (y, sobre todo, la supervivencia y el florecimiento biológico) con cambios importantes que además implican una "mejoría", muchas veces la mejor estrategia es ser capaz de permanecer igual y ser resiliente. Es en esto que los cocodrilos, temibles depredadores de los ríos, mares y lagos tropicales, son maestros. 

 


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