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“Para ti soy el señor Presidente”: Emmanuel Macron a joven que lo llamó ‘Manu’

Sociedad

Por: Jimena O. - 06/20/2018

Un penoso incidente entre la solemnidad del presidente de Francia y la feliz irreverencia de un joven estudiante

El pasado lunes, durante la conmemoración de una efeméride nacional que celebra a los caídos durante la segunda guerra mundial, el presidente de Francia protagonizó una escena que le ha dado la vuelta al mundo, al increpar a un adolescente que tuvo el mal tino de dirigirse a él de manera exageradamente familiar.

Los hechos ocurrieron en Suresnes, una comuna francesa perteneciente al departamento Hauts-de-Seine. Macron acudió al lugar donde cada 18 de junio, desde 1960, se recuerda a los franceses caídos durante la segunda guerra mundial. Al hacer el recorrido usual que suelen emprender los políticos en eventos públicos como este, Macron llegó hasta una zona donde se encontraba un grupo de adolescentes, uno de los cuales parecía estar preparado para la ocasión: apenas vio que el presidente se acercaba, comenzó a entonar los primeros versos de “L’Internationale” (la canción que se originó en la Comuna de París y que identificó a numerosos movimientos sociales del siglo XX) y acto seguido, saludó a Macron llamándolo con un amigable “Manu”.

El presidente montó en cólera y comenzó a increpar al joven, diciéndole que se encontraba en un acto oficial y que se tenía que comportar acorde a las circunstancias; lo trató de “imbécil” y al final le dijo que a él lo debía llamar “señor presidente de la república o señor”. El muchacho, visiblemente consternado, no tuvo otra reacción más que acatar la reprimenda. En este video puede apreciarse el intercambio entre el joven y Macron.

Más allá de la anécdota, el incidente condensa algunas actitudes que vale la pena señalar. Por un lado, ese pisoteo de la espontaneidad que se encuentra en la base de la educación y que poco a poco, conforme se repite en diversos ámbitos (la familia, la escuela, las instituciones sociales, etc.), va minando la autenticidad del sujeto, según argumentó con lucidez Erich Fromm

Por otro lado, sin embargo, vale la pena recuperar las palabras finales de Macron. Luego de reconvenir al joven, el presidente francés le dijo: “Antes de hacer la revolución, aprende a obtener un diploma y a alimentarte por ti mismo”. Si bien la primera condición es sumamente discutible, en la segunda podría concederse cierta razón al político, pues la autonomía personal es, en efecto, el único camino que conduce a la libertad auténtica. 

Si un día, como género humano, somos capaces de educar, a gran escala, personas que por encima de todo busquen valerse por sí mismas, quizá ese día descubramos que en el fondo no necesitamos de “presidentes de la república” ni que nos dirijan o nos reconvengan, porque somos suficientemente responsables para hacernos cargo de nuestra vida. 

 

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