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Esto es lo que escribió Anthony Bourdain sobre México, un país al que amaba profundamente

Buena Vida

Por: Luis Alberto Hara - 06/08/2023

Anthony Bourdain sobre la compleja relación de México y Estados Unidos, y la riqueza de la comida mexicana

Para recordar al chef y viajero cosmopolita Anthony Bourdain, fallecido el 8 de junio de 2018, rescatamos un notable texto en el que el chef analizóla compleja relación de México con Estados Unidos y, particularmente, su relación de afecto por los mexicanos y su rica comida. Bourdain hizo énfasis en la nobleza y color de la cultura mexicana, un país que en los últimos tiempos ha empezado a ser reconocido como uno de los más importantes en el mundo gastronómico, a lo que sin duda contribuyó el chef neoyorkino.

Bourdain describió en el texto titulado Bajo el volcán (como antes la novela de Malcolm Lowry) las complejidades y las intimidades de la relación entre México y Estados Unidos. Se mostró siempre generoso con los mexicanos y entendió que había cierta hipocresía en la forma en la que Estados Unidos ve a México:

Amamos las drogas mexicanas. Tal vez no tú personalmente, pero nosotros, como nación, consumimos cantidades monumentales de ellas –y recorremos extraordinarias distancias y gastamos grandes sumas para obtenerlas. Amamos la música mexicana, las playas mexicanas, la arquitectura mexicana, el diseño de interiores, y las películas mexicanas. Entonces, ¿porqué no amamos México?

Desestimamos lo que ocurre apenas cruzando la frontera. Quizá estamos avergonzados. Después de todo México ha estado ahí siempre para nosotros, para satisfacer nuestros más oscuros deseos y necesidades. Ya sea para vestirnos como idiotas, alcoholizarnos y broncearnos con el sol de Cancún, arrojar unos pesos a strippers en Tijuana, o pasonearnos con drogas mexicanas, estamos lejos de nuestro mejor comportamiento en México. Nos han visto a muchos de nosotros en nuestro peor faceta. Conocen nuestros deseos más oscuros. 

En este texto publicado originalmente en 2014, Bourdain escribió que en los treinta años que pasó cocinando profesionalmente, siempre fue un mexicano el que le cuidó la espalda. Y siguió a sus colaboradores en la cocina a sus pueblos en Oaxaca o Puebla, descubriendo los secretos de la cocina mexicana, pueblos gentiles dominados por mujeres. En todos sus años haciendo televisión, escribió, México era el país donde más feliz se sentía su equipo al final del día. Comiendo tacos con salsas de colores brillantes y bebiendo cervezas en calles melancólicas.

México es nuestro hermano de otra madre ["brother from another mother"]. Un país con el cual, nos guste o no, estamos profunda e inexorablemente involucrados, en un abrazo cercano aunque incómodo. Véanlo. Es tan hermoso. Tiene algunas de las playas más desgarradoramente bellas del mundo. Montañas, desiertos, selvas. Bella arquitectura colonial y una historia trágica, elegante, violenta, ridícula, heroica, lamentable, que rompe el corazón. La región vinícola mexicana es tan espléndida que puede competir con la Toscana. Sus sitios arqueológicos -remanentes de grandes imperios- no tienen parangón. Y, por mucho que creemos que la conocemos, apenas hemos rasgado la superficie de la comida mexicana. No es queso derretido sobre una tortilla dura. No es ni simple ni fácil. No es comida para el medio tiempo de un partido. De hecho, es vieja -más vieja que las grandes cocinas europeas y en general profundamente compleja, sutil y refinada... Podría ser, debería ser, una de las cocinas más excitantes del planeta. Si pusiéramos atención.

 

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Artículo publicado originalmente el 8 de junio de 2018. Actualizado el 8 de junio de 2023.