John Coltrane fue uno de los grandes genios musicales del siglo XX y, como algunos músicos antes que él, reconoció la relación entre las matemáticas y la música, una relación que permitía acercarse al entendimiento y a la experiencia de lo divino. Su obra maestra, A Love Supreme (álbum que iba a llamarse Allah Supreme), es una oda a la divinidad basada en un poema a Dios: Coltrane toca una nota por cada sílaba del poema. Años antes de componer esta obra, Coltrane tuvo una experiencia religiosa que, según él, le permitió superar una larga adicción a las drogas. En la última parte de su trabajo experimentó con la influencia de la espiritualidad oriental, particularmente el hinduismo.
Coltrane creía que ciertos sonidos y escalas eran capaces de detonar significados emocionales específicos y que la música podría incluso usarse para afectar la naturaleza o curar a las personas. El músico debía entender las fuerzas subyacentes en el sonido, para aplicarlas y producir sonidos capaces de conducir las emociones e influir en las fuerzas naturales.
El dibujo mostrado aquí fue dado por Coltrane al saxofonista Yusef Lateef en 1967 y éste lo incluyó en su texto Repository of Scales and Melodic Patterns. Lateef escribió que la música de Coltrane fue "un viaje espiritual" que "abraza los temas de una rica tradición de música autofisiopsíquica". Coltrane era consciente de la relación entre la música y las matemáticas y se interesó en la teoría de Einstein. Curiosamente, el físico y saxofonista Stephen Alexander ha argumentado que existen paralelos entre la música de Coltrane y la física de Einstein, particularmente en lo que se conoce como "círculo de Coltrane", una elaboración sobre el llamado "círculo de quintas", en el que se establecen las relaciones entre los 12 tonos de la escala cromática.
Coltrane es venerado y considerado un santo por la African Orthodox Church.
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