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Si no te sientes a gusto con alguien quizá intentes disimularlo, pero tu cuerpo eventualmente te delatará

El cuerpo tiene su propio lenguaje, el cual, curiosamente, no siempre coincide con las palabras que salen de nuestra boca. A veces podemos decir algo, pero estar pensando otra cosa, y aunque quizá disimulemos esa contradicción, nuestro cuerpo no puede mentir tanto.

Y qué situación social en donde buscamos disimular más que, a veces, cuando estamos con alguien con quien no quisiéramos estar, con alguien que nos perturba o nos aburre pero que, por alguna razón, no podemos dejar.

A continuación compartimos cuatro signos del lenguaje corporal que sugieren la incomodidad que quizá sienta una persona.

 

1. Se frota el cuello

El cuello es un punto donde confluyen importantes terminales nerviosas asociadas con la tensión, de ahí que cuando se le masajea suavemente, esto contribuya a recuperar la calma e incluso reducir el ritmo cardiaco. Si una persona lleva la mano a su cuello y comienza a frotarlo inconscientemente, es posible que lo haga porque se siente estresada.

 

2. Sus pies apuntan hacia fuera

Algunos psicólogos sugieren que la posición de los pies en una persona es uno de los signos más incontrovertibles sobre su estado de ánimo. En este caso, cuando estos apuntan hacia fuera o en dirección a la puerta de salida de un lugar, eso sugiere que la persona en cuestión no tiene ningún interés por aquella con quien se encuentra.

 

3. Evita el contacto visual

Quizá este punto no merecería mayor explicación. Salvo para los narcisistas y algunas otras personalidades con inclinaciones patológicas, cualquiera se da cuenta de la incomodidad de una persona por su mirada. Si conversas con alguien y esa persona casi nunca te mira a ti, lo más probable es que sea porque quiere estar en otro lado o con otra persona.

 

4. Pone “barreras” de por medio

Cuando una persona no se siente a gusto con la compañía de alguien, con una conversación o con alguna otra circunstancia propia de la convivencia, una de las reacciones más comunes es que busque poner distancia de por medio o “barreras”. Si está sentada a una mesa, quizá se recline hacia atrás, con lo cual se aleja de su interlocutor; también puede interponer algún objeto al alcance entre ambos, o cruzar los brazos hacia el pecho o las piernas de modo tal que la rodilla quede al frente, dos de los gestos más comunes de inconformidad.

 

¿Te parecen conocidas estas señales? No dejes de compartirnos tu opinión en la sección de comentarios de esta nota.

 

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