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Existe un sólido cuerpo documental que respalda no sólo que la marihuana es segura para los usuarios, sino que los beneficios de su legalización justifican replantearnos ciertas ideas infundadas al respecto

Uno de los argumentos más comunes en contra de la legalización de la cannabis es que no existen estudios suficientes para afirmar que su consumo es seguro, que no lleva a otras drogas o que no sabemos cómo afecta el desarrollo a largo plazo. Todo ello (y muchos prejuicios satelitales a éste) es falso, considerando solamente los argumentos de salud; una legalización a gran escala no sólo pondría fin a uno de los negocios ilícitos más rentables del mundo, sino que permitiría que las sociedades aprovecharan los probados beneficios derivados de esta planta.

Paul Armentano es director en jefe de NORML (Organización nacional para la reforma de leyes de marihuana, con base en Estados Unidos), y le bastó una búsqueda rápida en la base de datos de la Biblioteca Nacional de Medicina para encontrar más de 23 mil estudios revisados por pares y publicados en revistas científicas de todo el mundo, casi a diario, desde hace años. Armentano escribió un interesante análisis para Alternet sobre cómo la ciencia sabe más sobre la cannabis de lo que el gobierno está dispuesto a admitir, de lo cual te presentamos un compendio:

 

Mito 1: La cannabis produce todo tipo de "problemas" a los usuarios 

Fuente: El manual DSM-IV, que caracteriza dichos problemas como 1) uso compulsivo, 2) tolerancia a sus efectos y 3) síndrome de abstinencia

Según un estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry, que entre 2012 y 2013 investigó los problemas asociados al consumo de marihuana, el uso de cannabis aumentó 19% de la muestra demográfica pero los problemas asociados al consumo disminuyeron en el mismo período. "Vemos algunos incrementos en el uso de marihuana. Pero nuestra encuesta no encontró ningún aumento en los problemas asociados a la marihuana. Por supuesto, algunos tendrán problemas y debemos permanecer alertas, pero no se está cayendo el cielo".

 

Mito 2: La cannabis aumenta los accidentes automovilísticos

Fuente: Los automovilistas ebrios

Una investigación de riesgo federal del servicio carretero estadounidense, publicada en la Revista de Toxicología Aplicada, encontró que los consumidores de cannabis tienden a conducir más lento que los conductores con niveles legales de alcohol en la sangre. A esto se le llama "comportamiento de conducción compensatoria", y fue documentado en conducción simulada en el laboratorio. Los usuarios que consumieron cannabis tuvieron una tendencia a disminuir la velocidad y aumentar la distancia entre su vehículo y el de adelante, mientras que los que consumieron alcohol reporaton la tendencia contraria en ambas variables (conducen más rápido y se acercan más a otros autos).

Conducir con niveles legales de alcohol en la sangre aumenta 4x el riesgo de sufrir un accidente de auto, mientras que conducir bajo los efectos del THC (la sustancia activa de la cannabis) incrementa el riesgo 2x, en comparación con conductores en estado normal.

 

Mito 3: La cannabis produce depresión, paranoia y otros padecimientos psíquicos

Fuente: Rumores, malas experiencias subjetivas, prejuicios morales contra los estados alterados de conciencia

A decir de Armentano, fumar marihuana no te vuelve depresivo, pero si eres depresivo es probable que fumes marihuana. Un estudio realizado en Suecia durante 3 años, tomando en cuenta a 8 mil 600 hombres de entre 20 y 64 años de edad, no encontró relación entre consumo de cannabis y síntomas de depresión clínica o ansiedad. Los sujetos que se identificaron como depresivos en la primera entrevista tuvieron más probabilidad de ser consumidores de cannabis en las entrevistas subsecuentes, pero también se encontró que tenían más probabilidad de consumir otro tipo de drogas (entre ellas las ilegales).

 

Mito 4: La cannabis no tiene aplicaciones médicas 

Fuente: Los laboratorios farmacéuticos que perderían a sus clientes, los pacientes dependientes de analgésicos

Una investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén documentó el uso de marihuana en 176 pacientes con distintos padecimientos que no responden a ningún tipo de analgésico y que suelen desarrollar una fuerte dependencia a los opiáceos. Durante 6 meses, los investigadores administraron aproximadamente 20gr de THC al mes, luego de lo cual 66% de los individuos manifestaron mejoras "robustas" en los síntomas de dolor, así como en la percepción subjetiva de la calidad de vida. Además, un resultado inesperado: durante el curso del estudio, el consumo de analgésicos entre los pacientes bajó 44% y de éstos, un número significativo descontinuó completamente el uso de analgésicos opiáceos como la morfina o la codeína.

 

Mito 5: Comienzas fumando cannabis y terminas en otras drogas

Fuente: Alguien que nunca ha fumado marihuana

Una investigación publicada en 2014 en la Revista de la Asociación Médica Estadounidense determinó que los estados donde la cannabis ha sido legalizada en años recientes presentan menos muertes relacionadas con el consumo de opioides (como la heroína y la metadona), en comparación con aquellos donde sigue siendo ilegal. Un reporte de 2015 de la RAND Corporation concluye que "los estados que permiten dispensarios de marihuana medicinal experimentan un descenso relativo tanto en adicciones a los opioides como en muertes por sobredosis de opioides, comparados con aquellos que no".

 

Bonus mito: De legalizarse, los jóvenes se volverían adictos de la noche a la mañana

Fuente: Tal vez la industria del tabaco, que teme ver mermadas sus ventas

Un estudio de uso de drogas a nivel federal que toma en cuenta estadísticas entre 2002 y 2011 concluyó que "no existe evidencia de un incremento diferencial en el uso de marihuana durante la juventud que pueda ser atribuido a las leyes estatales de marihuana médica durante el último mes". Aunque se establece que los estados de EEUU donde se legalizó tienen mayores tasas de consumo en contraposición a donde permanece prohibida, el reporte indica que las tasas de consumo se mantienen más o menos constantes a pesar de los cambios en las leyes (tanto para legalizar como para prohibir).  

Otra investigación de 2015, de la Universidad de Columbia en Nueva York y la Universidad de Michigan --que cubrió un período de 24 años y una muestra de 1 millón de adolescentes en 48 estados, concluyó que:

no existe evidencia de un incremento en el uso de marihuana en los adolescentes luego de la aprobación de leyes estatales que permiten el uso de marihuana para fines médicos (...) La preocupación de que el incremento en el consumo de marihuana sea un efecto colateral de las leyes estatales de marihuana parece infundada.

Otras evaluaciones de NORML han determinado que el uso de marihuana entre los preparatorianos es mucho menor hoy que hace 15 años.