Enteoarquitectura: el arte de construir templos para producir visiones divinas
Arte
Por: Pedro Luizao - 11/28/2010
Por: Pedro Luizao - 11/28/2010
Entra al jaguar. En una pirámides hueca, un laberinto de túneles conecta cientos de cámaras de piedra con ductos específicamente arreglados para que la luz del sol produzca sombras distorsionadas, figuras zoomórficas que se transforman como por una lámpara mágica, cámaras también donde reverbera el sonido producido por las conchas marinas y el río subterráneo que fluye dirigido hacia el centro donde un jaguar de ojos enormes y colmillos te recibe labrado en un megálito. Esta es la tecnología del éxtasis de Chavín de Huántar, que con casi tres mil años de antigüedad fue uno de los primeros sitios donde se construyó una especie de parque de atracciones para psiconautas, en el que se experimentaba con poderosos psicodélicos y una narrativa ritual destinada a elevar la conciencia y facilitar el viaje chamánico por antonomasia: el renacimiento.
El sitio arquitectónico de Chavín de Huantar fue erigido en la convergencia de dos ríos -la encrucijada como lugar de poder- llamada astinkuy, o el encuentro armónico de dos fuerzas opuestas. Esta construcción consta de una pirámide masiva, plana en la cima, rodeada de plataformas. Según el Dr. John Rick de Stanford, “fue construida a enorme costo en labor, para establecer una jerarquía social a través de la manipulación sensorial en el contexto de rituales religiosos.”
Mike Jay, en su texto “Enter the Jaguar”, señala que Chavín no parece ser un lugar que hospedara a una civilización, ya que no hay estructuras militares asociadas o labor centralizada para construir casas o irrigar la zona. “Los alcances de su influencia indican que reunió devotos de una amplia gama de sistemas de creencias tribales que existían en paralelo”.
Estamos ante algo extraordinario, la Eleusis de América, solo que siglos antes que se instauraran los misterios de Eleusis en Grecia, donde se tomaban plantas psicodélicas, o enteógenos, en un contexto ritualístico, un teatro ónirico de arquetipos, que producía experiencias de transformación, oráculos y, sobre todo, el renacimiento simbólico.
“Se entiende mejor como un sitio que ofrece una experiencia, más que una cosmología o un credo, con su arquitectura diseñada para ser el centro de un viaje o ritual particular”, dice Mike Jay. Algo como uno de esos juegos mecánicos de Disneylandia, solo que construido bajo principios geométricos, de iluminación y sonido para que los participantes que se subieran a esta intra-montaña rusa experimentaran y participaran en una escenificación cósmica aumentando la potencia de las sustancias psicodélicas que consumían.
Actualmente la Universidad de Stanford se encuentra estudiando las ruinas de Chavín, como parte de su proyecto de arqueología acústica y han encontrado una serie de conchas marinas gigantes Strombus galeatus. Los investigadores de Stanford creen que la conformación arquitectónica de Chavín servía para potenciar y dirigir el sonido de las conchas conocidas como pututus. (Una de estas conchas de tres mil años ha sido tocada de nuevo, puedes escucharla aquí.)
Es posible que se creara algo como una banda sonora para ambientar los viajes psicodélicos de los peregrinos o iniciados, creando el teatro de los sueños donde la mente penetra en las dimensiones astrales y después de enfrentarse con sus propios demonios accede al mundo supernatural de los ancestros, de los guardianes dimensionales y semideidades que habitan el panteón esotérico.
Existen numerosos sitios en el mundo que han canalizado el sonido para crear efectos en la psique, o como representación aural de su cosmología. El caso más conocido es el de Chichen-Itza. Según el ingeniero acústico David Lubman, que lleva 12 años estudiando este sitio maya, el famoso eco que se propaga en torno a la pirámide de Kukulcan fue diseñado a propósito. Lubman ha comparado la firma de sonido del quetzal con el eco de Chichen-Itza y ambos sonidos empatan perfectamente. De forma extraordinaria los mayas lograron grabar el sonido del quetzal a través de una alineación arquitectónica, usando solo piedras y geometría. Un quetzal eterno grabado entre las piedras y el cielo.
Mike Jay tiene la teoría de que en Chavín se utilizaba una mezcla del cactus San Pedro, que contiene mescalina, y de un rapé (polvo que se inhala) de DMT, probablemente obtenido de las semillas molidas del árbol Anadenanthera colubrina, que ha sido representando por otras culturas andinas. Esta teoría esta apuntalada en que existen representaciones inequívocas de figuras con el cactus San Pedro en las manos que a la vez emanan un torrente de mucosa, algo que ocurre de manera profusa cuando se inhala el DMT de plantas como la Anadenanthera colubrine o la virola. Además, objetos excavados del sitio incluyen huesos tubulares y bandejas para el rapé, similares a las usadas en el Amazonas peruano para inhalar semillas que contienen DMT.
Una estela notable del primer periodo del sitio muestra una figura humana en estado de transformación felina, con colmillos y serpientes, con un San Pedro como un báculo de poder (¿el caduceo?). Debajo de esta figura, conocida como “el chamán”, yace una procesión de jaguares labrados en líneas arremolinadas, con otras creaturas, aves y serpientes, incorporadas en las volutas de su cola. Ciertamente una vision digna de la poderosa imaginaria psicodélica del DMT. Otro glifo, en la estela Raimundi, muestra una figura humana “floreciendo hacia otra dimensión con un elaborado ornamento”, posiblemente una representación de las visiones fractales de los enteógenos.
Otra importante estela, llamada Lanzon, representa una figura polimórfica con cabeza de jaguar y cuerpo humano que contiene un glifo de lo que parecen ser las estrellas de las Pléyades. Mike Jay especula que podría estra alineada, ya que donde estaba ubicada existe un psicoducto, con esta constelación.
Jay se atreve a adivinar el procedimiento del rito psicodélico de Chavín:
“La plaza hundida, como el relieve sugiere, podría haber agudizado la conciencia del San Pedro en un ritual masivo de danza y canto; los participantes subsecuentemente ascenderían los escalones del templo e individualmente recibirían el sacramento de las semillas en polvo de Anadenanthera, administrada por los sacerdotes a través de huesos tubulares (para inhalar)”.
El mundo al interior de la pirámide representaría tanto la oscuridad del vientre como la vision nocturna del jaguar –el tercer ojo del DMT. Adentro de la pirámide ocurriría una incubación donde los participantes se iniciarían a través del rito del renacimiento.
Dice Jay: “Dentro de este ambiente los participantes se congregarían para entrar a un ultramundo compartido”. De manera similar, psiconautas de todo el mundo consumen DMT y se congregan para tener viajes sincronizados al hiperespacio a través del foro DMT Nexus. ¿Es posible que culturas antiguas chamánicas compartieran este hiperespacio, también conocido como “dreamtime”, a través de la ingestion de sustancias psicodélicas, interactuando con seres o imágenes arquetípicas que se convierten en la mitología particular de un pueblo?
El caso de Chavín es extraordinario, sin embargo, la arqueología diseñada para producir experiencias místicas, o enteoarquitectura, es algo común a diferentes culturas. En Egipto, por ejemplo, es posible que se usara loto azul para inducir experiencias místicas dentro de las pirámides. Manly P. Hall en su libro The Secret Teachings of All Ages, escribe que Platón fue iniciado a los misterios dentro de las cámaras secretas de la Gran Pirámide, y que ésta servía como un centro energéticamente codificado para inducir visiones sagradas y posiblemente para operar sobre el cuerpo energético de los neófitos.
En general la arquitectura de los sitios sagrados a lo largo del mundo toma en cuenta principios de geometría sagrada y alineaciones energéticas, para que el espacio sea un catalizador de lo sagrado, un espejo de lo divino. Catedrales, mezquitas, pirámides, ziggurats e incluso algunos rascacielos de inspiración masónica han sido construidos como espacios que a través de una mezcla entre simbología, geometría y acupuntura geopática facilitan un tipo de experiencia (los templos están formados por naves). Miroslav Prodov ha documentando como diferentes sitios sagrados son diseñados para curar el tejido celular de los seres humanos, dañado por perturbaciones electromagnéticas, bajo el concepto de ganancia de energía.
Probablemente en Chavín, como en las pirámides de Egipto o en el mítico templo de Salomon, opere un mismo principio de reconexión divina. A primera instancia esto es sólo en un plano simbólico, pero perdidos en el tiempo o en el linaje secreto de los iniciados yacen protocolos, que bajo la influencia de espacios codificados para ejecutarlos, revelan la epifanía enteogénica: la entrada a la divinidad dentro de todas las cosas.