Economista sugiere suicidio masivo de ancianos para resolver problema de envejecimiento de la sociedad japonesa
Sociedad
Por: José Robles - 02/14/2023
Por: José Robles - 02/14/2023
Como es más o menos sabido, desde hace algunas décadas la población en Japón enfrenta un problema de envejecimiento. El fenómeno es de tal magnitud que, proporcionalmente, Japón es el país con la mayor cantidad de ancianos en todo el mundo, con casi el 40% de sus habitantes con una edad superior a los 60 años de edad y casi el 30% por encima de los 65 años.
Entre otras razones, el envejecimiento de la población se explica porque, desde los años posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial (1945), la población japonesa comenzó a experimentar una reducción en las tasas de fertilidad, al mismo tiempo que su esperanza de vida promedio aumentó.
Además, ciertos factores culturales han contribuido a formar una sociedad japonesa poco interesada en formar relaciones de pareja y menos aún procrear hijos. En el último par de años se ha observado un descenso significativo de los matrimonios que ocurren en el país; de acuerdo con cifras de 2022, uno de cada cuatro japoneses de 30 años no tiene planes de casarse.
En este contexto, el envejecimiento de la sociedad japonesa se percibe como un problema, en particular económico (aunque no solamente), pues teniendo en cuenta la calidad de vida que se ofrece en el país, la manutención de los ancianos se plantea como una especie de carrera contra el tiempo en la que los recursos que genera la población económica activa (personas de entre 15 y 64 años de edad) no son suficientes, dada su proporción demográfica, para sostener mecanismos como las pensiones, el sistema de salud y otros a los que los ancianos tienen derecho.
En este contexto, Yusuke Narita, doctor en Economía y profesor asistente en la Universidad de Yale, en Estados Unidos, sugirió hace poco una solución radical y sin duda polémica para enfrentar el problema: el suicidio masivo de ancianos en el país.
"Creo que la única solución está bastante clara. Al final, ¿no sería esta el suicidio masivo y el seppuku masivo de los ancianos?", dijo Narita durante una transmisión titulada “El futuro de Japón se basa en la premisa del descenso de la natalidad y de la población”, transmitida por el canal de YouTube Abema Prime.
Cabe mencionar que el profesor hizo referencia a una antigua práctica asociada con el bushido, el código moral y de comportamiento de los samurái, en donde se aconseja el seppuku o harakiri para morir antes de perder el honor. De acuerdo con esta medida de los guerreros ancestrales de Japón, frente a una situación en que la honorabilidad del samurái estuviera a punto de perderse, la única salida digna para el guerrero era tomar su arma (una espada o una daga pequeña), clavársela en el vientre y dejar que las entrañas salieran del cuerpo, para entonces morir. Como dato anecdótico cabe recordar que el escritor Yukio Mishima eligió dicha salida para dejar este mundo, luego de fracasar en su tentativa por restaurar el régimen imperial del país.
Pues bien, esa es la medida que el Dr. Narita sugiere para reducir la proporción de personas en edad avanzada en Japón. Aunque con una ejecución menos dramática, pues en otro momento el profesor dijo que los ancianos japoneses podían acudir a algún acantilado de los muchos que abundan en en el país y desde ahí lanzarse al vacío para encontrar la muerte.
Interrogado sobre su peculiar punto de vista sobre este tema, Narita dijo que sus afirmaciones "fueron sacadas de contexto", el lugar común que suelen esgrimir muchas personas sorprendidas en declaraciones que suscitan la polémica y aun el escándalo general.
De acuerdo con Motoko Rich y Hikari Hida, reporteras del New York Times radicadas en Tokio, Narita es poco o nada conocido en círculos académicos de Estados Unidos, pero en los últimos meses ha ganado una importante audiencia en redes sociales, especialmente de jóvenes que miran con frustración el estancamiento económico de Japón y culpan de este a la sociedad "gerontocrática" en la que viven.
En este sentido, Narita (de 38 años de edad) sostuvo que su "solución" al problema del envejecimiento pretendía apuntar a otro fenómeno asociado: que en la sociedad japonesa en general se perciben pocos lugares de desarrollo profesional y de vida para los más jóvenes, pues la mayoría están tomados por personas mayores. De ahí la idea de la "gerontocracia" que algunos creen que impera en Japón.
Con todo, no puede dudarse que la medida sugerida por Narita, aun cuando fuera una broma (y no parece que lo sea; por el contrario, parece consistente con el resto de su pensamiento y su personalidad), es a todas luces excesiva e insensible.
La sugerencia de Narita recuerda el alegato irónico de Jonathan Swift, Una modesta proposición para impedir que los hijos de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o para el país (1729), en donde el autor irlandés sugería que la población más pobre vendiera a sus hijos a los más ricos para que estos se los comieran.
Swift, por supuesto, ironizó desde una posición extrema para denunciar con mayor ahínco la desigualdad social de su época en su país -y a partir de esa denuncia poder hacer algo al respecto-.
Narita, en cambio, parece hablar en serio, sin ninguna gracia estilística ni literaria y, por lo que se ve, sin ningún interés en solucionar realmente y de fondo el problema, sino sólo con la intención de hacer espacio, desechando lo que a sus ojos no sirve, para que todo continúe funcionando de la misma manera.