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Amenazas para el jaguar, una de las especies más emblemáticas de la biodiversidad mexicana

Por: Luis Alberto Hara - 12/10/2013

La distribución del jaguar se extiende por gran parte de Latinoamérica y algunas regiones del sur de Estados Unidos, pero en México se ha reducido más del 40% en los últimos 50 años.

El jaguar es una de las especies emblemáticas de México, pues parte de la biodiversidad y es elemento de nuestra simbología más profunda. Al jaguar se le identifica desde tiempos prehispánicos con el poder, la fiereza y la valentía. Se le relaciona con la noche y el inframundo, con la agricultura y la fertilidad de la tierra y hasta con la destrucción y la muerte.

Lamentablemente, la actividad humana impacta el hábitat de este impresionante felino, quien requiere de grandes extensiones de tierra para su supervivencia. En un año los jaguares machos pueden desplazarse hasta 800km2 en áreas menos deforestadas y alejadas de las actividades humanas, donde pueden encontrar mayor abundancia de presas. Las hembras se mueven en un rango de 180km2 en el mismo periodo de tiempo. El trabajo agropecuario, la expansión de los asentamientos humanos y la construcción de presas o carreteras ha afectado tanto su hábitat, como la distribución de la especie y de sus presas. Por ejemplo, la dieta del jaguar se ha tenido que modificar debido a que las comunidades humanas cazan los mismos animales que el felino: pecaríes, venados, tepezcuintles, armadillos y coatíes. Asimismo, la transformación del paisaje natural ha incrementado el contacto entre el ganado doméstico y estos felinos. Con ello se agudiza el conflicto humano-jaguar, pues éste es percibido como una amenaza para la ganadería y, por lo tanto, es perseguido y cazado.

La distribución del jaguar se extiende por gran parte de Latinoamérica y algunas regiones del sur de Estados Unidos, pero en nuestro país se ha reducido más de 40% en los últimos 50 años. Se le puede encontrar en los bosques tropicales húmedos del sur de México y también los bosques tropicales secos de la costa del Pacífico, los bosques y matorrales de la costa del Golfo, e incluso las regiones semidesérticas del este de Sonora.

Ante la necesidad de conocer la situación poblacional del jaguar en México y determinar medidas para su conservación, la Alianza WWF-Telcel y otras instituciones y científicos de todo el país, entre las que destacan el Instituto de Ecología de la UNAM y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), emprendieron en el 2008 el Censo Nacional del Jaguar y sus Presas (CENJAGUAR), usando como método el trampeo con cámaras fotográficas en 15 sitios. Al cabo de tres años de estudios, se logró estimar que su población es de 4,000 individuos en todo el país; se identificaron grupos de jaguares en alto riesgo de desaparecer a mediano plazo, en el norte de México; también se determinó que la Península de Yucatán mantiene la población más numerosa de jaguares en Norteamérica.

Como sucede con la biodiversidad del Mar de Cortés, el esfuerzo conjunto de WWF y Telcel ha redundando en un mejor conocimiento de las condiciones y necesidades de preservación de las especies que habitan de México, así como de sus ecosistemas.

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