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Conforme uno se tropieza con estos esqueletos, sólo queda traer a la mente una introspección del estilo de vida del humano contemporáneo

Como parte del proyecto Cement Eclipses, del artista Isaac Cordal, las calles de Chiapas (México) se encuentran invadidas de pequeños esqueletos de cemento. Conforme uno se tropieza con estas esculturas, sólo queda traer a la mente una introspección del estilo de vida del humano contemporáneo. 

Las obras miniatura de Cordal pretenden generar una sensación de empatía a sus situaciones de espera, contratiempos, accidentes, suicidio, funerales, de modo tal que, como espectador, podamos traer a conciencia el desprecio de la humanidad hacia las consecuencias negativas de la naturaleza (y la falta de apoyo asertivo entre las personas). 

Para él, estas figurillas esqueléticas son una metáfora del colapso del capitalismo y los efectos secundarios del progreso, de la premisa enfocada en objetivos materiales y en un constante abuso del tiempo. Aun así, de algún modo, presentan fragmentos de esperanza, del deseo de sobrevivir a los síntomas de un malestar social. Después de todo, el absurdo de nuestra existencia sólo es parte de la misma.