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La toltequidad resume la cosmovisión de los chamanes antiguos y los fundamentos de la civilización del Anáhuac. En la actualidad es una forma de recuperación de conocimiento social y de autoconocimiento profundo dentro del inconmensurable misterio de la vida.

El pueblo mágico de Mineral de Pozos, en el estado de Guanajuato, México, celebra cada año el Festival de la Toltequidad como un espacio de manifestación artística y de resistencia cultural inspirada por el espíritu combativo de los chichimecas.

Como una muestra de tradiciones, raíces y sonidos de los pueblos originales, los días 19, 20 y 21 de julio del presente 2024, año en el que fue redactado este artículo, se llevará a cabo su XXXV edición. El festival incluye talleres de instrumentos prehispánicos, conciertos, demostraciones dancísticas, exhibiciones de medicina tradicional y teatro para niños.

En Pijamasurf nos interesa dar a conocer este tipo de eventos y profundizar primero con nuestros lectores su contenido más complejo. ¿Qué es la toltequidad? ¿Por qué una palabra que se refiere a la “manera de ser” de un pueblo prehispánico abarca a muchos otros contemporáneos y posteriores, sobre todo del Altiplano Central y el Golfo de México:

El tolteca es un entendido de la tinta negra y roja, un conocedor de códices, un experto en las cosas divinas y humanas. No se detiene en la superficie de las cosas: profundiza, reflexiona, observa. Por eso, es escritura y saber, camino y guía veraz para los demás.

Estas palabras del siglo XVI en el Códice Florentino son sobre el tolteca, una etnia, un pueblo específico con un ascenso, un cenit y un descenso históricos, pero también el arquetipo de la civilización, de una universalidad o de una inteligencia “ecosófica” para toda Mesoamérica. La palabra es un gentilicio náhuatl y se refiere a un capitalino, un sujeto de la cultura y no de la barbarie. Deriva de “Tollan”, la capital histórica y el arquetipo de urbe, nombre con la raíz “Tol”, de los juncos, plantas macizas que sirvieron como símbolo de la solidaridad social.

Los toltecas se referían a sí mismos con esta palabra del mismo modo en que actualmente usamos para nosotros mismos otras como “humanos” o “terrícolas”. De acuerdo con los cronistas europeos, en el resto del Anáhuac o las Indias se trataba de un término para su núcleo duro, cultural, religioso. Según la Primera Relación de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl:

Tolteca quiere decir artista y sabio, pues los moradores de esta nación fueron grandes artistas, como hoy día se ve en las ruinas de Teotihuacán, Tula y Cholula.

De acuerdo con el misionero franciscano Bernardino de Sahagún, para la Mesoamérica previa a la conquista española, los toltecas eran los maestros y los pobladores originales de esta tierra que hoy es México. En palabras del historiador Miguel León Portilla:

Partiendo de la voz Tollan, se derivó la de toltécatl, el habitante de Tula, el poblador de una ciudad o metrópoli. A su vez, el vocablo toltécatl hizo suyo el sentido de hombre refinado, sabio, artista. De él se formó a la postre el abstracto toltecáyotl: el conjunto de todo aquello que es característico de quienes viven en una Tollan, una ciudad. Los relatos en náhuatl nos dicen que el toltecáyotl abarcaba los mejores logros del ser humano en sociedad: artes y urbanismo, escritura, calendario, centros de educación, saber acerca de la divinidad, conocimiento de las edades del mundo, orígenes y destino del hombre.

No solo los nahuas, sino los mesoamericanos cultos querían ver el origen de sus pensamientos, imágenes y conceptos poderosos en Tollan. El Popol Vuh denomina “Aj Toltekat”, Señor Tolteca, a los abuelos o ancianos fundadores de los mayas quichés:

¡Da a conocer tu naturaleza, tú, dos veces madre, dos veces padre, Serpiente Emplumada, tallador de turquesas, labrador de joyas, tú, el creador del hermoso plato y del verde vaso, maestro! Tú serás llamado El Tolteca por causa de tu obra y creación.

Dee acuerdo con el investigador Frank Díaz, la palabra tolteca se decía o se dice en México como se dicen o se decían palabras como “cristiano”, “musulmán”, “hindú”. Palabras para quienes caminan en una cosmovisión y sobre unos pies que son los del universo.

 

Imagen de portada: Gonzalo Kenny