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¿Por qué diversos investigadores piensan que el canto de los pájaros y otros estímulos de los espacios naturales benefician nuestra salud mental e, incluso, nuestra habilidades cognitivas? ¿Qué tienen que decir sobre esto las neurociencias y la filosofía?

La denominada “teoría de la restauración de la atención” se basa en reconocer los efectos saludables de la naturaleza como una "fascinación suave" que incentiva la concentración y reduce la fatiga mental, en contraste con los entornos urbanos estresantes.

Una vida tranquila y apartada en el campo, con la posibilidad de ser útil a personas a quienes es fácil hacer el bien, y que no están acostumbradas a que se lo hagan; luego el trabajo que se espera pueda ser de alguna utilidad; luego el descanso, la naturaleza, los libros, la música, el amor al prójimo: tal es mi idea de la felicidad.

Este consejo de León Tolstoi me parece que se liga a una preferencia musical y a una propuesta de cómo usar la filosofía, ambas de Ludwig Wittgenstein:

Hay cierta perdida en la obra de los compositores europeos posteriores a las revoluciones industriales, el gran mito del progreso. Y hay cierta pureza en aquellos que no llegaron a interiorizar el ruido de las fábricas, los carros y las locomotoras.  

Una palabra compleja como “interiorizar” sugiera para Wittgenstein “ver” hacia “afuera” y no hacia “adentro”. No existen un lenguaje privado, no ocurre o no es algo que pueda usarse en un mundo donde solo estuviera cada quién y su yo. La naturaleza habla más a nuestra mente que “nuestra” mente. Tiene el sonido del río, del relámpago y de los pájaros.

Los investigadores han no encuentran la conexión exacta entre el canto de estos animales y el bienestar del cerebro humano. En todo caso, neuroimágenes resientes han revolado que, en efecto, la exposición a la naturaleza puede reducir el estrés.

Un estudio de 2022 publicado en la revista Scientific Reports, Los cantos de los pájaros alivian la ansiedad y la paranoia en participantes sanos, explora el impacto diferencial de la diversidad más baja versus más alta de los paisajes sonoros mediante la manipulación del número de diferentes sonidos típicos del tráfico o cantos de diferentes. Escuchar audio cortos de estos goteos animales, específicamente para el estudio, clips de seis minutos, logró reducir los sentimientos de ansiedad, depresión y paranoia en los participantes sanos. Por el contrario, la exposición a ruidos de tráfico empeoró la sintomatología de los estados depresivos.

No solo se encontró que escuchar la comunicación de las aves, independientemente de la diversidad, mejora la ansiedad, mientras que el ruido urbano, también independientemente de la diversidad, se coliga con la depresión. Se descubrió también que reducen la paranoia los efectos de tamaño mediano de los paisajes sonoros del canto de los pájaros. Los efectos beneficios de esta sonoridad persisten horas después de una audición directa.

De acuerdo con Emil Stobbe, especialista en neurociencia ambiental del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano y coautor del estudio publicado:

Lo especial de los cantos de los pájaros es que incluso si las personas viven en entornos muy urbanos y no tienen mucho contacto con la naturaleza, vinculan los cantos de los pájaros con entornos naturales vitales e intactos.

De acuerdo con un segundo estudio de 2022 también publicado en Scientific Reports, Una evaluación ecológica momentánea basada en teléfonos inteligentes revela los beneficios de la avifauna para la salud mental, este canto sanador puede ser preventivo, ya que beneficia a las personas sanas y también a aquellas diagnosticadas con alguna de las enfermedades mentales más comunes, entre ellas la depresión. Los efectos en la salud humana de los sonidos de la naturaleza incluso podrían incluir un mejor desarrollo cognitivo.

De acuerdo con Ryan Hammoud, coautor del estudio e investigador del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres, pasar algo de nuestro tiempo en espacios verdes normaliza la presión arterial y los niveles de cortisol.

El “solipsismo” al que se refería Wittgenstein es “rumiar” lo que la mente cree que es ella misma, en lugar de alimentarla con su propia naturaleza. Quizá hay una mente cultural que rumia demasiado de sí misma y necesita volver a comunicarse con lo no humano, con el lenguaje al que no pueden arrojarse nuestras ilusiones. Desde un punto de vista empírico, el canto de los pájaros o lo verde de los árboles restaura nuestra atención, reduciéndose la actividad en una parte de la corteza prefrontal, e involucrando a la corteza cingulada posterior del cerebro.

Podemos responder a la naturaleza sin rumiar nuestro lenguaje, redescubriendo su naturalidad o que es comunicación, una identidad fuera de nosotros, así como del agotamiento de nuestros problemas. Como escribió la poeta estadounidense Mary Oliver:

¿Tienes tiempo

para pasear

un rato

salir de tu día

ocupado, importante

para buscar a los jilgueros

que se juntaron

en un campo de cardos

para una batalla musical

para ver quién puede cantar

la nota más alta

o la más baja

o la más intensa de las alegrías

o la más tierna?

Sus picos fuertes, desafilados,

beben el aire

mientras luchan

melodiosamente

no en tu nombre

ni en el mío

y no en el nombre del éxito

sino por puro deleite y gratitud

créannos, dicen.

es cosa seria

estar vivo

en esta fresca mañana

en este mundo roto

Te lo ruego

no camines

sin detenerte

para prestarle atención a este

teatro más bien ridículo.

Podría significar algo.

Podría significarlo todo.

Podría ser lo que Rilke quiso decir cuando

escribió:

Debes cambiar tu vida.

 

Imagen de portada: Golondrinas, Xianwei Zeng, Audubon Photography Awards.