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Teoría cuántica sugiere que la conciencia precede a la vida en el universo

Ciencia

Por: Luis Hara - 05/15/2024

La vida podría ser una intensificación de la conciencia -que la precede- orquestada por vibraciones cuánticas, según Hameroff y Penrose.

La mayoría de los científicos afirman que la conciencia surgió después de la vida, como resultado de la evolución. Esta es la idea que domina la ciencia, bajo la premisa del materialismo, que antepone e intenta explicar todo como un proceso material aleatorio, sin que haya sido guiado por una inteligencia. La materia misma es entendida como inerte. Sin embargo, esta visión se ha convertido en una especie de credo que se asume por default. Pero pertenece a una visión de la física clásica, la cual ha sido seriamente cuestionada por la física cuántica. Para la teoría cuántica, la materia no es como la concebimos popularmente, es más una especie de matriz de probabilidad de presencia,  y cuya naturaleza  depende de una observación, y no algo sólido e independiente. 

Aunque la teoría clásica de la mecánica cuántica ya apunta en la dirección de que la conciencia podría ser fundamental nuevas investigaciones sobre material orgánico extraterrestre y la teoría cuántica de la conciencia de Roger Penrose y Stuart Hameroff  arrojan nueva luz a la idea de que la conciencia pudo haber precedido a la vida y ser un factor crucial para su surgimiento y evolución.

Generalmente, se piensa que la vida apareció en la Tierra hace unos 3.800 millones de años y que la conciencia evolucionó más tarde debido a la complejidad de los procesos biológicos en los cerebros. Sin embargo, algunos científicos creen que la conciencia podría haber existido antes de la vida y haber sido fundamental para su aparición.

Stuart Hameroff, escribiendo para el sitio IAI TV, explica que tradicionalmente, la vida se define por funciones como el metabolismo, la adaptación y la reproducción. Sin embargo, estas funciones también se observan en sistemas no biológicos. Por ejemplo, los respiraderos hidrotermales oceánicos pueden metabolizar y transformar energía, y los sistemas climáticos pueden adaptarse a cambios naturales. Estos procesos muestran que la vida no es única en sus funciones básicas.

Erwin Schrödinger sugirió una forma de "vitalismo cuántico" para explicar la unidad de la vida. Herbert Fröhlich propuso que las vibraciones coherentes cuánticas podrían jugar un papel crucial en los procesos biológicos. Estos conceptos se apoyan en la idea de que las vibraciones coherentes, similares a las de un láser, pueden ser impulsadas por pequeños cambios en temperatura o energía.

Anirban Bandyopadhyay y su equipo demostraron estas vibraciones en microtúbulos biológicos, que son estructuras fundamentales dentro de las células animales y vegetales. Estas vibraciones coherentes podrían ser una forma primitiva de “señales de vida”.

Roger Penrose,, sostiene que la mecánica cuántica es esencial para entender la conciencia. Según su teoría, las partículas cuánticas pueden existir en múltiples estados simultáneamente, y la conciencia surge cuando estas superposiciones cuánticas colapsan en estados definidos.

Penrose propone que este colapso cuántico ocurre debido a una reducción objetiva (OR) espontánea, relacionada con la geometría fundamental del espacio-tiempo. Estas reducciones objetivas generan momentos de proto-conciencia que podrían haber sido cruciales en la formación de la vida en sus primeras etapas.

En la teoría de Penrose, los eventos OR habrían ocurrido desde los inicios del universo, mucho antes de la aparición de la vida. Estos eventos de proto-conciencia podrían haber sido placenteros, motivando a las moléculas a organizarse para maximizar este placer, impulsando así el origen y la evolución de la vida.

En el ambiente primitivo de la Tierra, las moléculas con anillos aromáticos cuánticamente acoplados en superposición podrían haber alcanzado el umbral para OR, resultando en momentos de proto-conciencia. Estos momentos placenteros habrían actuado como una función de retroalimentación, favoreciendo la organización de estas moléculas en estructuras complejas, eventualmente dando lugar a la vida.

Misiones recientes a asteroides cercanos han recuperado materiales orgánicos que contienen estructuras similares a micelas, las cuales podrían ser indicadores de vida primitiva. Estos materiales están siendo estudiados para detectar signos de vida, como oscilaciones coherentes y comportamiento de cristal de tiempo. Estos análisis pueden proporcionar pistas sobre el papel de la conciencia en el origen de la vida.

Hameroff concluye que la teoría de Penrose sugiere que la conciencia es fundamental para el universo, no un mero subproducto de la evolución. Si esta teoría es correcta, la conciencia debe considerarse un requisito previo para la vida, proporcionando una nueva perspectiva sobre su papel en el cosmos.