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'El tiempo de la hormiga': un documental que expone la realidad de los trabajos domésticos en México

Arte

Por: Rober Díaz - 05/15/2024

El cuidado es un trabajo y como tal queda expuesto en este documental de Stephanie Brewster

Dirigido por Stephanie Brewster y producido por Gabriela Sofía Gómez, el documental El tiempo de la hormiga (2022) es una visita íntima a una realidad que –en tanto una continuidad dentro de un sistema de dominación, el patriarcado– se da en automático como herencia, imposición, tradición, ignorancia, etc., la realidad del trabajo doméstico de cuidados no remunerado, en cual las mujeres más que realizar o vivir, enfrentan en sus hogares, una dificultad de la que nadie o prácticamente nadie se hace cargo, ni siquiera el Estado. 

El documental, que ha ganado distintos premios en países equidistantes y culturas divergentes, es una prueba de exactitud ante una problemática compleja, debido al tiempo que se debería invertir en contravenir practicas cuasi milenarias que ni el supuesto “cosmopolitismo” en el que vivimos podría, en un periodo determinado de tiempo, revertir efectivamente. Meterse en temas de género y cambiar las estructuras de dominación y manutención dentro de las familias como unidad de nuestra sociedad para lograr una comunidad más igualitaria parece ser una encomienda a la que se le tendrían que dedicar años y sino es que décadas.

Brewster logra con pulso de cirujano hacer una descripción precisa de diez casos de mujeres de distintos estratos sociales que dedican la mayor parte de su tiempo al cuidado de los niños en la casa y también a realizar las tareas domésticas, con lo cual logra contrastar posiciones de clase y tradiciones que son examinadas en tanto las secuencias que nos proporciona. La situación de cada una de las entrevistadas compone una base con un objetivo de exposición y su orden de aparición sutilmente impulsan la fuerza del testimonio de las involucradas y a la vez constituyen una unidad que le da coherencia a toda la presentación de los casos.

El orden de los factores siempre altera el producto, la manía con la que es cuidado el entorno, la imagen, la fotografía y la música utilizada para abrirle paso a la secuencia narrativa en cada cuadro hacen de este documental un ejemplo de esa delgada línea en la que, en detrimento de la historia, alguno de los elementos circundantes como lo es la personalidad de las entrevistadas y sus historias son contenidas en función del conjunto de las historias. Stephanie sacrifica conclusiones para concentrase en el tiempo narrativo de ellas sin que alguna cargue a las otras o las nulifique.

Sorprende que a pesar de la puntualidad con la que está dirigido, la directora le permita al espectador disfrutar de momentos que en los mejores episodios del documental son pequeños homenajes a la belleza cotidiana, pues logra sacar de la rutina símbolos que bien pudieran merecer otro tipo de atención, por ejemplo, el momento en que todas las participantes tienden una cama. Hay un juego de superposiciones que bien podría no llegar a ningún lado dentro del argumento, pero que puede hacer preguntarse quién lo mira qué hace esa escena ahí. Tender la cama como recomiendan algunos terapeutas para que, al regresar de tus actividades cotidianas el desorden no deprima más, un acción básica como un primer paso para salir de ciertos estados de depresión y ansiedad. 

En el caso de El tiempo de la hormiga, tender la cama homologa a las protagonistas de la historia a una actividad común que ha sido tomada por inútil por su falta de reconocimiento, pues ¿quién da las gracias por tender la cama? De otra manera la escena se torna más grave gracias a la música y también somos introducidos a otro micro drama, tal vez sea expiar los demonios que producen la explotación y la pauperización al estirar las sábanas sobre el colchón, cubrir la injusticia progenie de otro cúmulo de sinsabores y consecuencias como dejar de estudiar por dedicarse a las labores del hogar, dejar de salir por cuidar a los bebés de la casa, trabajar y a la vez llevar los quehaceres y en sí sacrificarse en favor de la familia mientras la parte masculina sobre sale por su ausencia pero sobre todo por su indolencia. 

La capacidad de concreción de este documental lo vuelven de otra manera también en un poderoso instrumento de concientización. Funcionaría a la vez como un potente panfleto de conciencia que a quién lo vea seguro le provocará un extraño escozor al plantarse frente a una realidad cotidiana que a ciencia cierta los hombres no quieren asumir y sea esta la principal lucha que en este momento y en el futuro se tendrá que dar, pues no solo se trata de concientizar al “hombre” que tiene que ser parte de estos trabajos sino también se trata de invertir esta pirámide de privilegios, cosa que más de uno no estará dispuesto si quiera a pensar.

 

El tiempo de la hormiga de Stephanie Brewster se presenta este 15 de mayo a las 17h en el Auditorio Carlos Payán del Espacio Cultural Infonavit | Museo Nacional de la Vivienda ubicado en Gustavo E. Campa No. 60, Guadalupe Inn, Álvaro Obregón, en la Ciudad de México.