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Científicos recrean 'Another Brick in the Wall' de Pink Floyd a partir de ondas cerebrales

Ciencia

Por: Arturo Rubín - 08/21/2023

Científicos lograron reproducir la música de Pink Floyd a partir de señales cerebrales de personas que habían escuchado esta canción

En un experimento que hace años parecería parte de una película de ciencia ficción, una inteligencia artificial (IA) ha elaborado una interpretación de "Another Brick in the Wall, Part 1" de Pink Floyd analizando la actividad cerebral de varios individuos mientras escuchaban esta canción. Los científicos lograron traducir el murmullo de las señales eléctricas en sonidos que recrean el clásico de la banda británica. 

Este logro es notable no sólo por lo asombroso que resulta sino porque puede tener aplicaciones científicas, específicamente, mejorar nuestro entendimiento de la percepción auditiva. Y, sobre todo, podría contribuir a lograr que las personas con problemas auditivos recuperen el sentido del oído. 

Dirigida por Robert Knight de la Universidad de California, Berkeley, la investigación involucró estudiar grabaciones cerebrales de veintinueve individuos. Estos participantes tenían electrodos implantados quirúrgicamente en la superficie de sus cerebros como tratamiento para la epilepsia. Mientras se sumergían en las melodías de Pink Floyd, su actividad cerebral pintaba un vívido retrato de cómo procesaban el tono, la melodía, la armonía y el ritmo de la canción.

Utilizando estos datos, el equipo entrenó a una IA para discernir la relación entre la actividad cerebral y los elementos musicales de la canción. La tarea de la IA era predecir un segmento de quince segundos de la canción basándose únicamente en las señales cerebrales de los participantes. Asombrosamente, el fragmento generado por la IA tenía un 43% de similitud con el segmento de canción real. Un descubrimiento significativo fue la identificación del giro temporal superior, una región del cerebro que procesó el ritmo de la guitarra de la canción. Además, el estudio reforzó hallazgos anteriores respecto a que el hemisferio derecho del cerebro juega un papel más crucial en el procesamiento musical que el izquierdo.

Knight vislumbra un futuro en el que esta comprensión podría revolucionar los dispositivos diseñados para individuos con impedimentos del habla:

Para aquellos con condiciones como la esclerosis lateral amiotrófica o afasia, aspiramos a un dispositivo que facilite la comunicación de una manera genuinamente humana. Comprender cómo el cerebro interpreta elementos musicales, incluido el tono y la emoción, podría hacer que estos dispositivos sean menos mecánicos.

Sin embargo, la naturaleza invasiva de los implantes cerebrales implica que su uso probablemente se limitaría a entornos clínicos. No obstante, el horizonte se ve prometedor. Algunos investigadores ya han comenzado a usar IA para recrear fragmentos de canciones a partir de señales cerebrales capturadas a través de escaneos de resonancia magnética.

Ludovic Bellier, miembro del equipo de Knight, especula sobre el potencial de la IA en la composición musical. Sugiere que si la IA puede reconstruir música de nuestra imaginación, pronto podría desempeñar un papel importante en la creación musical. Ahora, como con todas las innovaciones revolucionarias, hay implicaciones legales y éticas a considerar.

Restan preguntas sumamente complejas, como entender quién es el autor, el individuo que tiene una canción en el cerebro o la propia IA, que técnicamente no puede tener derechos de autor. Y cosas más raras, como si el sonido proviene de una zona creativa o no creativa del cerebro y si esto influiría en la propiedad intelectual de una obra. 


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Imagen de portada: Pink Floyd–The Wall (Alan Parker, 1982)