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'Liberar 200 axolotes no es sinónimo de éxito sino de un profundo desconocimiento sobre Xochimilco': bióloga de la UNAM

Ecosistemas

Por: Monse Aguilar - 02/25/2022

Lo que para muchos representa un gran logro es, en realidad, una falta de responsabilidad ambiental

El ajolote originario y endémico de los lagos del valle de México y que sobrevive en el lago de Xochimilco fue llamado por los antiguos mexicanos axolotl (del náhuatl, “monstruo de agua”) y conserva características milenarias de las salamandras, pero es más cercano a las ranas y los sapos.

Este singular anfibio se encuentra en peligro crítico de extinción según la lista roja de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza debido a la pérdida de hábitat, la introducción de especies invasoras en su hábitat, la sobreexplotación, la contaminación y su consumo como alimento. El axolote se encuentra únicamente en el complejo lacustre de Xochimilco en la Ciudad de México y difiere de la mayoría de las salamandras, pues vive permanentemente en el agua. En casos extremadamente raros, el axolote madura y sale del agua, pero en la mayoría de los casos prefiere permanecer en el fondo de su hábitat acuoso.

Dentro de las actividades de conservación de esta especie, el pasado 16 de febrero se llevó a cabo el Ajolotón, evento destinado a la promoción del medioambiente y la preservación de este animal endémico. Durante el evento, se liberaron 200 axolotes criados en cautiverio. De acuerdo con las declaraciones de la alcaldesa Clara Brugada, fueron liberados de forma simbólica y tenían la talla suficiente para poder desarrollarse y desenvolverse en los lagos de Xochimilco.

Sin embargo, estas acciones fueron severamente criticadas por expertos en la materia. Diana VM, joven bióloga egresada de la UNAM y fundadora de Pachacamaq, explicó a través de un hilo de Twitter (@reecife__) la gravedad de estas acciones.

axolotes

Con el hashtag #AventarNoEsConservar, la bióloga explica que para la reintroducción de fauna se deben presentar estudios de dinámica poblacional, interacciones tróficas de flora y fauna y planes de reintroducción. Para que estos programas sean exitosos primero hay que trabajar en el hábitat y las amenazas. En el caso de Xochimilco las principales son: urbanización, mala calidad del agua e introducción de especies exóticas.

Para las personas que se dedican a la conservación y que viven en Xochimilco, estas acciones "simbólicas" resultan indignantes. Un grupo de chinamperos ha trabajado muchos años junto con la UNAM con el modelo chinampa-refugio que busca generar una simbiosis entre las prácticas agroecológicas y la apertura de refugios para los axolotes. Este modelo permite crear una red de canales con biofiltros que limpian el agua de manera natural e impiden el paso de especies exóticas generando un hábitat óptimo para la viabilidad de la población, al mismo tiempo que se promueve el manejo de la chinampa y se mejora la productividad.

Esperemos que las autoridades busquen el beneficio real para la conservación de esta especie y se valore la vida de estos precioso axolotes, endémicos de nuestro país.


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Imagen de portada: Getty Images