Al morir, en 1944, la pintora sueca Hilma af Klint dejó más de mil pinturas y cientos de dibujos que prácticamente nadie había visto. Klint intentó en un par de ocasiones mostrar su arte, pero no hubo mucha resonancia. Le mostró sus pinturas a Rudolf Steiner, el místico alemán, fundador del método Waldorf y la agricultura biodinámica, pero este no entendió la obra de la sueca. El encuentro entre dos místicos no produjo mucha electricidad pese a que Klint, como Steiner, decía tener contacto con espíritus astrales. Así, Hilma af Klint se convirtió en uno de los mejores secretos de la historia del arte.
Pero Klint tuvo la visión de seguir pintando y dejar instrucciones de que su obra no debía ser mostrada sino hasta veinte años después de su muerte. Sobra decir que en los últimos años sus pinturas se han vuelto enormemente populares. Una obra para la cual mundo no estaba listo o, como señaló el Guggenheim en su primera gran exposición, "pintura del futuro".
Actualmente, no sin controversia, algunos consideran que fue la primera pintora de arte abstracto o al menos paralela a Mondrian, Malevich y Kandinsky. Desde 1906, bajo la influencia de sus comunicaciones astrales y la teosofía de Blavatsky, la gran matrona del ocultismo, Klint desarrolló un imaginario abstracto: una síntesis de colores brillantes, formas geométricas, elementos textuales y emblemas de poder simbólico.
El hecho de que sus pinturas fueran desdeñadas en vida le permitió a su familia crear la fundación que lleva su nombre y tiene la misión de preservar la obra completa, libre del mercado de arte. Así, la obra -que incluye miles de páginas sobre las especulaciones espirituales de Klint- puede ser estudiada ampliamente y puede haber exposiciones frecuentes.
El involucramiento de Klint con el espiritismo y su filosofía cósmico-espiritual son un tema aparte que genera mucho interés académico. Desde 1882, Klint formó parte de un grupo espiritista conocido como "Los Cinco" y que canalizaba a cinco espíritus. Aquella era la época dorada del espiritismo, el mesmerismo y la teosofía.
En los últimos años se han llevado a cabo numerosas exposiciones de su obra, con gran aclamación. Actualmente la exposición Hilma af Klint: The Secret Paintings está abierta al público en la Art Gallery of New South Wales.
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