Carl Jung sobre el valor de la astrología para determinar el carácter y encontrar sentido
Arte
Por: Joaquín C. Bretel - 04/27/2021
Por: Joaquín C. Bretel - 04/27/2021
La astrología actualmente está en su punto histórico más bajo en cuanto al prestigio intelectual del que goza, siendo para muchos la imagen misma de la "seudociencia". A la par, en ninguna otra época había habido tantas personas interesadas por la astrología (si bien, generalmente sólo por sus aspectos más superficiales). La astrología se mantiene casi como un símbolo de una visión de un cosmos espiritual, lleno de significado y totalmente interconectado, en oposición al cosmos mecanicista, ciego e inerte que predomina actualmente en la física, herencia de la visión mecánica de Newton, curiosamente, un científico que dedicaba buena parte de su tiempo a la alquimia (una disciplina estrechamente conectada con la astrología). Patrick Curry ofrece una definición de amplio espectro de la astrología: "es la práctica de relacionar los cuerpos celestiales con las vidas y los eventos en la tierra, y la tradición que ha generado". Más allá de la noción de verdad que pueda granjear para sí la astrología, este es su atractivo fundamental, que en cierta medida es insustituible -una visión de un cosmos significativamente interconectado es una visión de un cosmos astrológico-.
La tensión entre la legitimación científica y la práctica astrológica ha tenido importantes representantes, como Giordano Bruno, quien practicó la magia astrológica, o Johannes Kepler, para quien la astrología era parte esencial del conocimiento del universo. Kepler incluso determinó la fecha del nacimiento de Jesús con base en una conjunción entre Júpiter y Saturno. En tiempos recientes quizá el caso más emblemático es el de Carl G. Jung. Jung actualmente es asociado con la psicología profunda y cierta espiritualidad new age y no goza de demasiado prestigio en la academia. Sin embargo, es indudable que Jung fue un pensador de alto calibre que reunió a su alrededor a muchos de los intelectuales más brillantes del siglo XX, incluido el físico Wolfgang Pauli. Jung buscó en sus inicios, junto con Freud, legitimar el psicoanálisis y asociarlo con el prestigio que tenían ya las "ciencias exactas". Pero poco a poco su realidad fue aflorando y Jung se reveló más como un místico que como un científico, perdiendo "la creencia en la ciencia", según señala en el Liber novus, texto publicado póstumamente, en el cual sugiere que el conocimiento científico obedece a momentos o paradigmas temporales y no tiene la misma validez atemporal o transtemporal que el conocimiento psicológico basado en los arquetipos del inconsciente. Jung criticó fuertemente al materialismo y convenció a científicos como Pauli de incorporar una visión del universo en la que la psique fuera fundamental y no un mero fenómeno marginal.
Para Jung la psicología y la astrología eran en gran medida "ciencias" hermanas, pues "la astrología representa la suma del conocimiento psicológico de la antigüedad". Haciendo uso de documentos históricos y la biblioteca del mismo Jung, Liz Greene, en su libro Jung's Studies in the Astrology: Magic, Prophecy and the Qualities of Time, muestra que la astrología jugó un papel importante en la práctica psicológica de Jung. Algo que, por otro lado, podía entreverse tras la aparición del libro Sincronicidad, que publicó con Pauli, donde presentan un experimento astrológico de validez estadística y al cual atribuyen a lo que Jung llama "sincronicidad" o "coincidencia significativa". Pero incluso antes, desde el periodo en el que Jung era el discípulo principal de Freud, este le advirtió que sus estudios de astrología harían que fuera considerado un místico (además de ser una de las causas -su estudio del "ocultismo"- de su ruptura con Freud).
Aunque no es del todo fácil saber si Jung consideraba que la astrología tenía validez en sí misma o solamente como una herramienta psicoanalítica, Greene presenta evidencia de que Jung utilizó cartas astrales y alentó a discípulos a que aprendieran astrología. Al mismo tiempo parece haber tomado la astrología desde una visión simbólica, y actualmente muchos astrólogos tradicionales lo acusan de haber reducido la astrología a lo meramente psicológico (si bien, los que han hecho esto son ciertos astrólogos, basándose en la psicología de los arquetipos de Jung). Y, por otro lado, lo "psicológico" para Jung comprende la totalidad del cosmos. De cualquier manera, es evidente que Jung consideraba útil a la astrología:
El sol y la luna y los planetas fueron los exponentes, por así decirlo, de ciertos constituyentes psíquicos del carácter humano; y es por esto que nos pueden dar en cierta forma información más o menos válida del carácter [...] Los misterios religiosos de la antigüedad tardía tenían que ver con la emancipación del hombre de la heimarmene [la fatalidad]; en otras palabras, liberarlo de la cualidad compulsiva de los fundamentos de su propio carácter.
Jung entiende que la astrología está basada en arquetipos, en las imágenes profundas de la psique que son determinantes, aunque no seamos conscientes de ellas, de nuestro carácter y experiencias. El inconsciente es el depósito de:
abundantes imágenes que se han acumulado durante millones de años en el desarrollo de la vida y se han fijado en el organismo [...]. Y estas imágenes no son sombras pálidas sino factores psíquicos tremendamente poderosos [...] En paralelo a esta imagen quisiera colocar el espectáculo de la bóveda celeste en la noche, pues el único equivalente del universo interior es el universo exterior.
Así que para Jung existe una conexión entre los astros y la mente inconsciente, una conexión profunda y misteriosa que es, por otra parte, la base del pensamiento hermético. Según la conocida máxima de la Tabla Esmeralda, "como es arriba, es abajo". La alquimia y la astrología y la magia en general se basan en esta correspondencia entre el cielo y la tierra. El mismo Platón contribuye a este entendimiento del cosmos, pues en el Timeo se asocia al alma con las estrellas. Esta pérdida de un vínculo entre la psique y el cosmos, según Jung, es la característica determinante del ser humano moderno, que "está en busca de su alma". Está extraviado, en busca de sentido, y en gran medida esto se debe a que no percibe una conexión entre "adentro" y "afuera".
Jung creyó entender que los signos del Zodiaco eran manifestaciones del "poder creativo"o libidinal del inconsciente. Más aún, "el tiempo y el poder creativo son idénticos". Los animales (zôion) del Zodiaco son la vida (zōḗ) misma de la psique, que no se limita al individuo. Y aquí claramente se borran las barreras entre la mente y la materia. El tiempo mismo estaba cargado de una cierta cualidad, la cual era transparente y resonante a la psique: "Las cualidades de los diferentes meses del año, en otras palabras, los signos del Zodiaco, son en realidad proyecciones de nuestro conocimiento inconsciente del tiempo y de las cualidades del tiempo". De esta manera se cumple la máxima délfica: al conocer los astros, nos conocemos a nosotros mismos.