Hace unos días, personal del Departamento de Seguridad Pública de Utah (Estados Unidos) dedicado a la vigilancia de zonas naturales realizaba un rondín aéreo en una zona desértica del estado, con el propósito inicial de contar ejemplares de borregos cimarrones. En medio de esta tarea, sin embargo, los agentes y un biólogo que los acompañaba notaron de reojo el resplandor inusitado de un objeto que no pudieron definir desde el helicóptero donde viajaban, lo cual les hizo descender a tierra para examinarlo con mayor detalle y despejar sus dudas.
Su sorpresa fue grande cuando, al bajar, descubrieron que el objeto que había llamado su atención era un monolito en apariencia metálico, de cerca de 3 metros de altura, perfectamente formado y pulido y, por ello mismo, inusitado en medio del desierto y sus rocas completamente naturales.
Ni en el momento ni a la fecha existe una explicación oficial a propósito del hallazgo. Para los agentes que descubrieron el monolito es claro que el objeto fue fabricado por una persona, y en modo alguno su origen es extraterrestre o sobrenatural.
De hecho, por su semejanza con una estructura casi idéntica que figura en una de las secuencias más conocidas de 2001: Odisea del espacio (la cinta de Stanley Kubrick basada en una narración de Arthur C. Clarke) se sospecha que el monolito fue plantado en ese punto remoto e inhóspito por un gran aficionado de la cinta.
Entre otros lugares, el Departamento de policía dio a conocer el hallazgo a través de su perfil de Instagram. Asimismo, como medida preventiva para evitar que personas comunes puedan extraviarse en la zona, las autoridades prefirieron evitar dar la localización exacta del monolito.