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Científicos mexicanos confirman que atún enlatado contiene carne de delfín

Desde hace ya varias décadas, la producción de atún enlatado ha sido cuestionada por las prácticas de pesca masiva que implica y en las cuales se suele atrapar no sólo a atunes sino a otras especies, en particular delfines (animales especialmente simpáticos para la opinión pública), los cuales quedan atrapados en las redes de los grandes buques atuneros.

Una nueva investigación a cargo de Karla Vanessa Hernández Herbert y el doctor José Francisco, científicos adscritos a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha confirmado la sospecha de que las latas de atún que se venden en el país pueden contener también carne de delfín. Según el análisis de los investigadores, varias marcas de atún enlatado en México, tanto en aceite como en agua, contienen rastros de carne de dicho cetáceo.

Para determinar la presencia de carne de delfín en las latas de atún, Hernández Herbert y Montiel Sosa utilizaron una técnica llamada Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés), con la cual es posible amplificar secuencias de ADN de manera pronta y masiva y que, en este caso, se usó para identificar el origen de la materia presente en el atún procesado para su venta en México. Como dato adicional cabe mencionar que la PCR es una técnica que también se utiliza en criminología y otros ámbitos afines para identificar cadáveres.

Además de ser la evidencia de un fraude hacia el consumidor, este hallazgo prueba que delfines que nadan cerca de bancos de atunes aleta amarilla están siendo asesinados ilegalmente.

En investigaciones anteriores se identificó la presencia de soya en latas de atún de hasta 18 marcas, en cantidades significativas y en ninguno de los casos declarada entre los ingredientes del producto, la cual sí puede ser nociva para la salud, sobre todo por el hecho de que las personas la están incluyendo en su dieta sin saberlo.

Los investigadores señalaron que la ingesta de carne de delfín no es un riesgo para la salud pero evidentemente constituye un engaño al consumidor. A muchas personas no les gustará saber que están comiendo también un mamífero y que, además, dichos especímenes está siendo pescado ilegalmente.

 

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