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La ansiedad disminuye el acceso a la memoria funcional e impide un desempeño cognitivo óptimo

Anaïs Nin escribió: "la ansiedad es la asesina del amor", Y al parecer, también de la inteligencia. Cualquiera que ha experimentado ansiedad de manera más o menos recurrente debe de saber que durante esos estados es difícil concentrarse. La mente suele estar invadida por pensamientos obsesivos, generalmente fragmentarios que inquietan y preocupan, por lo cual es muy difícil dirigir la atención de manera indivisa hacia una tarea o fenómeno presente. 

Los científicos han estudiado esto y señalan que la razón por la cual la ansiedad afecta nuestra cognición se debe a que impide el correcto desempeño de lo que llaman "working memory", término que podría traducirse como "memoria funcional" o "memoria disponible". Esta es la capacidad de dejar entrar la información presente, darle forma coherente y retenerla lo suficiente como para que pueda convertirse en algo útil o que pueda consolidarse. Es como si en el estado de ansiedad estuviéramos solamente considerando la información por un segundo y cambiando de objeto velozmente, por lo cual no acaba de cuajar.

Según el profesor de psicológica Matti Laine, de la Universidad de Åbo Akademi en Finlandia, esta memoria funcional es "la plataforma mental para nuestras operaciones cognitivas" actuales y "está íntimamente ligada con la atención", especialmente en relación con un objetivo o tarea que queremos realizar. Por decirlo de manera más sencilla, la ansiedad consume los recursos –la memoria– que necesitamos para poder dedicarnos a alguna tarea y completarla o absorber la información de algo que estamos aprendiendo. 

Diversos estudios han encontrado una fuerte correlación entre una mayor ansiedad y menos memoria de trabajo disponible. Los investigadores utilizan el ejemplo de una persona que está siendo perseguida en la calle durante su viaje de regreso a casa. Difícilmente podrá recordar los rostros de las personas que vio, si estaba nublado, o cualquier otro detalle.

Lo inquietante del asunto es que en tiempos como los que estamos viviendo muchas personas viven en estados más o menos crónicos de ansiedad, lo cual evidentemente puede tener serios efectos en su capacidad cognitiva. Existe además un círculo vicioso, pues la ansiedad suele afectar el sueño, y dormir poco afecta seriamente esta misma memoria funcional.

Lo positivo es que la memoria funcional puede recuperarse y existen ejercicios mentales que pueden ayudar a ello, aunque quizá los más efectivo son aquellos ejercicios –de cualquier tipo– que ayudan directamente a combatir la ansiedad. Esto puede ser desde la meditación hasta correr, cantar, socializar, buscar ayuda psicológica, etcétera. 

 

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