En medio del confinamiento en Nueva York, Arwa Mahdawi, una corresponsal del periódico británico The Guardian, decidió hacer un pequeño experimento. Se sentó en una banca del parque cercano a su departamento y contó a los transeúntes que pasaban por ahí. El criterio: contar por género y contar cuántas personas llevaban puesto un cubrebocas. En su corta observación, tanto hombres como mujeres usaban cubrebocas, así que un resultado apresurado indicó que por lo menos en esta medida de salubridad se ha alcanzado la igualdad de género.
Pero esta felicidad le duró poco tiempo, pues después encontró un estudio mucho más serio que su observación en el parque. Se trata de una nueva encuesta que fue aplicada a 2 459 personas en Estados Unidos. Los resultados de esta encuesta demuestran que los hombres son menos proclives a usar cubrebocas porque creen que usarlo es una señal de debilidad, sienten vergüenza porque el uso del cubrebocas los hace ver menos “cool”.
La encuesta fue llevada a cabo por Valerio Capraro, de la Universidad de Middlesex en Londres, y Hélène Barcelo del Instituto de Investigación de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Berkeley en California.
Otro de los resultados de esta encuesta fue que los hombres creen que se verán menos afectados que las mujeres por la covid-19. Este resultado es un tanto irónico, ya que existe mucha evidencia científica que sugiere que los hombres tienen mayor probabilidad de morir por covid-19 que las mujeres. Cabe resaltar que esto aún tiene que ser mejor investigado, pues no hay certeza sobre si esta consecuencia se debe a la condición biológica –genética u hormonal, por ejemplo– o a comportamientos sociales como la movilidad urbana o la división sexual del trabajo.
Una de las cosas que más llaman la atención de esta encuesta es que se encontró que en lugares donde el uso del cubrebocas es obligatorio, la diferencia de género en las intenciones de usarlo desaparece, por lo que podemos concluir que los hombres necesitan ser más forzados que las mujeres para usar cubrebocas.
En Nueva York el uso de cubrebocas es obligatorio en escenarios en donde se pueda respetar la distancia social (1.5 metros), lo que explica el resultado de la pequeña observación de Mahdawi.
Entonces, ¿es pertinente preguntarnos si los roles de género estereotipados afectan la salud de los hombres? ¿Qué tan fuerte es la relación de la percepción de vulnerabilidad o debilidad emocional de un hombre al decidir no acudir a un médico o no usar cubrebocas?
Como ya muchos estudios han confirmado, la covid-19 permanecerá por mucho tiempo antes de que se logre desarrollar una vacuna o un tratamiento efectivo, por lo que debemos aprender a convivir con el nuevo coronavirus y a adaptarnos a un nuevo estilo de vida. Muchas personas no están en condiciones de dejar de trabajar o trabajar desde casa, es absolutamente necesario salir y convivir en espacios públicos. Los datos de esta encuesta, aunque fue llevada a cabo en Estados Unidos, son un indicio del comportamiento diferenciado por género. Y pueden ayudarnos a comprender un poco más los patrones de comportamiento con respecto a la covid-19 en otras regiones, considerando seriamente los contextos particulares de cada país o ciudad.
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