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Ante la reducción significativa de la actividad humana en Venecia y otras ciudades italianas por causa del coronavirus COVID-19, la fauna natural del lugar ha vuelto

Ante la crisis desatada por la transmisión del coronavirus COVID-19 en Italia –el país europeo más afectado por la pandemia, con 31 506 contagios confirmados a la fecha (18/03/2020), de los cuales 2 503 han culminado en fallecimiento–, uno de los efectos menos esperados está teniendo lugar ahora mismo en Venecia, una de las ciudades italianas más visitadas por turistas y paseantes de todo el mundo pero que en las últimas semanas, en razón del confinamiento impuesto a los residentes del país, ha estado prácticamente vacía.

O, cabría mejor decir, ocupada con otro tipo de población, pues a cambio de las multitudes que suelen asolar las calles y los canales venecianos ahora la ciudad ha sido tomada por una fauna compuesta por cisnes, peces, patos y otros animales salvajes, los cuales se han dejado ver vagabundeando en la emblemática ciudad italiana.

Estas escenas nos parecen extraordinarias porque nuestra especie evolucionó oponiendo su desarrollo a la naturaleza, pero ejemplos como este sugieren (y quizá demuestran) que, en el fondo, lo “salvaje” es en última instancia el estado primero del planeta, el fondo sobre el cual se ha tejido toda la historia de la vida en la Tierra.