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Los numerosos beneficios de la gratitud

Algo que encontramos en la religión sobre todo, y en cierto sentido en la filosofía, ha sido confirmado por la ciencia como un poderoso boost emocional, mental y físico. Según la Wharton Health Care Management Alumni Association, que ha recopilado una serie de estudios sobre los efectos de la gratitud, existe información contundente que avala los beneficios de esta actitud.

En un estudio, las personas que llevaban diarios de agradecimiento tuvieron menos problemas de salud, menos síntomas de enfermedades y pasaron más tiempo ejercitándose.

En otro estudio realizado por el National Center for Biotechnology Information se notó que cultivar la gratitud promueve una reducción de hormonas relacionadas con el estrés, y se encontró hasta un 23% menos de cortisol en la sangre.

Por otro lado, otro estudio vinculó la gratitud con la calidad del sueño, y otro más con la salud emocional. Y por si fuera poco, en el Hospital General de Massachusetts se observó que la presencia de la gratitud está correlacionada con una mejor salud cardiovascular.

Lo anterior de alguna manera coincide, en una era secular, con lo que dijo Meister Eckhart, el más grande místico alemán de la época medieval. En el sermón 27 en la versión de Maurice O'Connell Walshe podemos leer el siguiente pasaje:

Ahora bien, él dice [San Pablo] "Tus pensamientos", y todos los poderes "serán conocidos por Dios, pensamientos de gratitud y oración". Si una persona no tuviera nada que ver con Dios más que dar las gracias, eso sería suficiente.

Esta idea de Eckhart de que realmente la única actividad indispensable y por sí misma suficiente para una vida espiritual es dar las gracias es una de las más populares entre sus lectores, acaso por su pura simpleza, despojada de todo excedente y aparatosidad religiosa. Sólo dar gracias, para lo cual no es necesaria una religión en específico, solamente una actitud de conexión y vínculo con algo divino o con la naturaleza misma, como supieron cultivar los poetas románticos.

 

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