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Un viaje a Marte podría ser más de lo que el cuerpo humano es capaz de soportar

Ante los pronósticos del calentamiento global, muchos de los científicos y sobre todo de los grandes empresarios de la tecnología imaginan la supervivencia del ser humano en otro planeta. Un viaje a Marte para acondicionar este planeta o a la estrella más cercana. El raciocinio de esto es algo así como "No importa que destruyamos las condiciones que hacen posible la vida para nosotros, pues nuestra tecnología es tan poderosa que podemos irnos a otro lugar y seguir evolucionando". 

Pero todo este plan podría estar basado en una falsa premisa: que el ser humano puede sobrevivir a un viaje largo en el espacio. El estudio más importante en este sentido, el llamado "estudio de los gemelos" de la NASA, acaba de ser publicado y sus resultados dejan muchas dudas.

El estudio integra el trabajo de más de 10 universidades y 82 investigadores y se pregunta simplemente: "¿están hechos los seres humanos para el espacio?". Aunque la investigación no es completamente concluyente, se sugiere que un viaje espacial a Marte sería sumamente peligroso para un ser humano. Un viaje a Marte duraría 3 años, y los efectos del espacio en el sistema metabólico y el sistema inmune o de la radiación espacial, las dietas, la falta de gravedad, las perturbaciones de los ritmos circadianos y demás, al parecer podrían ser mortales para los humanos.

Esto no significa que sea imposible, pero tal vez implica que el ser humano tendría que modificarse a sí mismo para poder emprender este viaje y, entonces, significaría tal vez que los humanos sólo lo son realmente en la Tierra, con las condiciones que aquí existen. 

Diversos estudios han mostrado que los astronautas que han vivido períodos prolongados en la Estación Espacial Internacional han sufrido perdidas importantes de su capacidad cognitiva, y esto ha sido así incluso 6 meses después de regresar a casa.

Esto revela bajo una cierta luz el pensamiento de Heidegger, quien al ver la primera imagen de la Tierra desde el espacio, en vez de sentir la euforia del conquistador que sintió la mayoría, sintió el horror del desarraigo, pues para el pensador alemán, el ser humano es quien es solamente siendo con la Tierra.