Solsticio de verano 21 de junio 2019, el día más largo y luminoso del año
AlterCultura
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 06/21/2019
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 06/21/2019
Hoy a las 10:54am (tiempo del centro) ocurrirá el solsticio de verano en el hemisferio norte y al mismo tiempo el solsticio de invierno en el sur. Para las personas en el norte esto marca el día más largo y luminoso del año y para las personas del sur, el día más oscuro El término solsticio hace referencia a un punto aparente en el que el Sol se queda quieto en el cenit, como en un coqueteo de eternidad.
Los solsticios y equinoccios son los grandes pivotes del año; antiguamente servían para organizar los ciclos de la agricultura y solían estar ligados a diferentes mitos y festividades religiosas, algo de lo cual todavía podemos apreciar ciertos rasgos. Esta fecha sigue congregando a miles personas cada año en sitios arqueológicos como Stonehenge o Chichén Itza, donde la arquitectura toma en cuenta los solsticios y pueden apreciarse diferentes alineaciones.
El solsticio de verano tradicionalmente tenía que ver con el tiempo de cosecha o fruición -y en algunos casos sigue siendo así-. De aquí que también se extrapolaran significados espirituales, relacionados con el punto máximo de luz y poder. Era también, entonces, una fiesta de la fertilidad -siendo el Sol el símbolo de la energía creativa- en la que tradicionalmente se rendía culto a divinidades ligadas a la agricultura. Se confunde e interpenetra esta fecha en la tradición cristiana con la Fiesta de San Juan, quizás de manera similar a como el sincretismo religioso romano mezcló la Navidad (y las saturnalias) y el solsticio de invierno. Entre las religiones paganas y sus versiones new age, se celebra el llamado Midsummer.
Como solemos mencionar en estas fechas, los equinoccios y los solsticios nos recuerdan que vivimos en un cosmos, en un mundo que provee orden y significado a nuestra existencia y tiene ciertos ritmos, los cuales, de seguirlos, garantizan un cierto bienestar tanto físico como espiritual. Los equinoccios y los solsticios nos hacen ver que vivimos en un tiempo único, no sólo en el cronos, el tiempo mecánico y ahora digital, compuesto solamente de unidades idénticas, sino en el kairós de los griegos, el tiempo oportuno, el tiempo cualitativo. Hay un tiempo para sembrar, un tiempo para cosechar, un tiempo en el que es más propicio construir algo nuevo, un tiempo en el que es más propicio conservar lo que se tiene, tiempos para explorar, tiempos para guardarse, tiempos para luchar, tiempos para descansar. Todo bajo el cielo tiene un tiempo adecuado para su propósito, como dice el texto bíblico. Esta conciencia resulta un tanto extraña para el habitante moderno de la ciudad, que no convive mucho con los ciclos naturales y está acostumbrado a que todas las cosas estén igualmente disponibles los 365 días del año. Por ello el recordatorio: la existencia se vuelve más rica y cobra más sentido cuando el individuo la concibe como ritmo y como un lograr entrar en armonía con el cosmos. Estas fechas son oportunidades para hacer una "alineación y balanceo".