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Una obra de arte urbano que festeja la forma del Louvre tal y como se conoce actualmente

Este pasado fin de semana el Museo del Louvre conmemoró el 30º aniversario de uno de los últimos grandes cambios que han ocurrido en su estructura arquitectónica: la instalación de su ahora emblemática pirámide de cristal, culminada en 1989.

Obra original del arquitecto de origen chino leoh Ming Pei y solicitada por el entonces presidente francés François Mitterrand, la célebre pirámide es en realidad el símbolo de una transformación realizada sobre la totalidad del Museo del Louvre en aquella época con el fin de convertirlo en un "museo masivo". Ming Pei rediseñó las entradas del lugar para conseguir este objetivo y, en el caso de la pirámide, todo indica que recuperó algunas ideas planteadas ya desde los tiempos de Napoleón, cuando dicha forma arquitectónica se propuso tanto para homenajear al emperador (el gran vencedor de la campaña de Egipto, para la historia francesa) como para conmemorar los 100 años de la Revolución Francesa.

Cabe mencionar, en ese sentido, que el proyecto del arquitecto chino causó revuelo en su época e incluso resistencia, pues muchas personas, de todos los ámbitos, consideraron ofensivas las modificaciones que pensaban realizarse al edificio. Pese a todo, el plan continuó y sin duda, gracias a éste, el Louvre es hoy el museo más visitado del mundo (con más de 8 millones de visitantes en 2017).

Para celebrar la culminación de dichos trabajos, el artista urbano JR recibió la comisión de realizar una obra efímera que utilizará el motivo de la pirámide para atraer la atención y el asombro del público en general. El resultado fue una gigantesca ilusión óptica que con nada más que papel y tinta consiguió el efecto de hacer parecer que la pirámide del Louvre emerge de una cantera subterránea.

La obra de JR cubrió casi por completo los 17 mil metros cuadrados de superficie de la explanada principal del museo. Su instalación se consiguió gracias a la ayuda de 400 voluntarios, quienes asistieron al artista en la colocación de los pliegos que, reunidos, integraron la pieza gráfica.

Lo único que hasta ahora ha recibido cierta crítica es la poca duración que tuvo el trabajo, pues a los pocos minutos de instalada, la pieza comenzó a degradarse, en buena medida por las personas que comenzaron a caminar sobre ella, pero también porque muchos de ellos tomaron eventualmente pedazos de la misma, quizá a manera de souvenir. A estos reclamos, JR respondió diciendo que su trabajo también se proponía suscitar cierta reflexión sobre la impermanencia y la ausencia en el arte.

 

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Imágenes: JR (Instagram)