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El investigador Manuel Carballal mantiene haber desmentido la historia de Carlos Castaneda y su brujo yaqui.

Es difícil pensar en alguien más influyente en la espiritualidad moderna, particularmente el llamado new age, que Carlos Castaneda, el antropólogo peruano que creó una serie de bestsellers relatando sus encuentros con el mítico brujo yaqui Don Juan Matus. A Castaneda para bien o para mal le debemos una especie de romanticismo de la búsqueda espiritual, un revival del chamanismo, las plantas de poder y de la ruptura con el orden convencional para entregarse a una especie de régimen mágico totalitario. Claro que todo esto existía en la figura del gurú en India y en otros países de Asia, pero Castaneda ayudó a crear la idea que algo similar podía ocurrir todavía en América, que había una sabiduría iniciática aún disponible para aquellos dispuestos a seguir "el camino del guerrero". Hasta el punto de que muchos jóvenes emprendieron su propia búsqueda de Don Juan o de alguien semejante. Lo increíble de esto es que algunos lo encontraron, lo cual comprueba uno de los principios básicos de la enseñanzas de Castaneda: la percepción crea el mundo.

Una reciente biografía, La vida secreta de Carlos Castaneda, planea finalmente dar por el traste el mito de Castaneda y su Don Juan. Claro que existía ya numeroso testimonios e indicios que hacían esto evidente, pero el trabajo de Manuel Carballal parece ser el más comprensivo. A la luz de Carballal, merece recordar la descripción que había hecho Jodorowsky de Castaneda, con quien dice haberse encontrado en México:

Según tú, ¿sus libros narran hechos reales o son ficción?

Me es difícil pronunciarme. Mi impresión es que se funda sobre una experiencia real a partir de la cual elabora e introduce conceptos extraídos de la literatura esotérica universal. En sus libros encuentras el zen, las Upanishads, los tarots, el trabajo sobre los sueños... Una cosa es segura: que recorre realmente México para hacer sus investigaciones.

¿Crees en la existencia de don Juan?

No; creo que este personaje es un invento genial de Castaneda, que desde luego, ha conocido a varios brujos yaquis.

Esta versión coincide con la de Carballal en cuanto a la identidad de Castaneda, aunque el investigador español realiza una descripción que retrata a Castaneda como un consumado embaucador y un mujeriego, "las mujeres le interesaban más que el arte", le dijo uno de sus confidentes. En cambio Jodorowsky celebra su obra como "una trampa sagrada".

Castaneda vendió 27 millones de ejemplares, e incluso recibió un doctorado por su trabajo como antropólogo, se hizo amigo  de numerosas personalidades (aparentemente incluso presidentes y miembros de la realeza con intereses esotéricos). Influyó en películas como Las Guerras de la Galaxia y The Matrix. Y sin embargo, nunca nadie le exigió que mostrara fotos, grabaciones o notas de su trabajo de campo. Era como si la gente quisiera creer en esta poderosa historia, urdida de manera magistral. Según Carballal, él mismo conoció a Castaneda en 1994 a través de Concha Labarta, quien "se entregó en cuerpo y alma al culto de Castaneda". El investigador, a la muerte de Castaneda, le siguió la pista y entrevistó a sus compañeros de UCLA, a su hermana Lucy y a otras personas. Aparentemente Castaneda conoció a diversos brujos antes de escribir sobre Don Juan, los cuales habrían sido algo así como estudios de personaje. Según el investigador español, se basó en unos 12 informadores indios. Castaneda murió, según un informe firmado por la doctora Angelica Duenas, el 20 de abril de 1998 de cáncer hepatocelular; tenía 62 años. A su muerte algunos de sus seguidores se adjudicaron el nombramiento de sucesores, aparente de manera apócrifa

Ahora bien, el hecho de que Don Juan no haya existido como tal, no necesariamente anula los conocimientos que Castaneda expone en sus libros, aunque obviamente sí los pone en duda, al menos moralmente. Como Carballal señala, Casatenda conoció a diversos brujos y chamanes e incluso se tienen relatos que también conoció a maestros espirituales de India -mucho se ha escrito entre las similitudes entre ciertos tipos de budismo con la enseñanzas de Don Juan-. Como dijo Marco Antonio Karam, director de la Casa Tíbet de México, en la presentación del libro Alicia en el pais de la consciencia, sobre la desaparición de Jacobo Grinberg, la verdadera magia de Castaneda estaba en su escritura.Y quizás no sólo por su capacidad de tejer una ficción tan convincente -un meta-realismo mágico-, sino posiblemente por una capacidad de transmitir ciertos estados de conciencia. Como ha dicho Steven Pinker, escribir es una forma de causar que una idea suceda en la otra, y esto parece haber sido especialmente cierto en el caso de Castaneda. Quizás Castaneda realmente logró transmitir mágicamente lo que aprendió en sus encuentros con ciertos brujos y maestros espirituales o simplemente su talento literario fue "mágico". Las leyendas que circulan en torno a la figura de Castaneda tampoco pueden borrarse por el zarpazo de un biógrafo, no se puede desestimar sin más los testimonios que al menos mistifican su figura, de personas que lo conocieron bien como Claudio Naranjo y otros o de personas que relatan haber vivido transformaciones al leer sus libros. Claro que en el caso de Castaneda todo es enigmático -nos remite todo al arquetipo de trickster- y esto podría ser simplemente mera sugestión, el aura que rodea al misterio. Y una sugestión un tanto peligrosa, pues todo indica que sus aprendices -el grupo de cinco brujas que rodeaba a Castaneda-, se suicidaron justo después de su muerte. Aunque para el fanático del culto de Castaneda ese suicidio puede verse más bien como una trascendencia, un vuelo abstracto hacia la libertad. ¿Qué le vieron a Castaneda estás personas? ¿Tejió su propia vida tan hábilmente como sus relatos de antropología mágica? ¿Qué poder ejercía? Según Amy Wallace, quien mantiene haber sido parte del círculo íntimo, su magia era más bien sexual, basada en técnicas yóguicas de retención y circulación del semen. Lo que parece indudable es que todo lo que rodea a Castaneda es extraño y un tanto taimado. Lo que es difícil de cuestionar, tomando en cuenta los numerosos relatos de las personas que conocieron a Castaneda, es que tenía una obsesión por el poder (ya sea espiritual o material) y el sexo. ¿Quizás Don Juan es, sobre todo, un brujo sexual, el disoluto casanova, un avatar del antiguo personaje de Tirso de Molina que hacía lo que sea por conseguir seducir al objeto de su deseo? Esta sería la gran puntada de Carlos.

Puedes leer la crónica que hace Castalall de la vida de Castaneda en El Mundo