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La virginidad del cuerpo ya no es tan importante para un Vaticano que se moderniza, para shock de los puristas

Un nuevo documento del Vaticano donde se señala que la virginidad física no es necesaria para consagrarse a Dios ha producido sobresalto entre mujeres cristianas que han tomado el voto de perpetua virginidad como "esposas de Cristo".

Se calcula que existen unas 5 mil vírgenes consagradas, sobre todo en países como Italia, Argentina y Francia. Según las declaraciones de varios obispos, la nueva instrucción de la Iglesia en torno a la virginidad ha surgido ante la demanda creciente de numerosas mujeres que son llamadas a la vocación cristiana. La Iglesia se moderniza con esta enmienda, que es menos excluyente y que permite a mujeres que han probado el contacto carnal concentrarse en Dios. El dogma tiene una dimensión temporal evolutiva que necesariamente se adapta a las circunstancias para mantener su vitalidad, algo que le ha costado mucho a la Iglesia católica. 

El documento señala que "el llamado a ser testigos del amor virginal, esponsal y fructífero con Cristo no es reducible a un símbolo de integridad física". Elegantes palabras para decir que no es necesario ser virgen sexualmente para casarse con Dios. La Iglesia tradicionalmente es considerada como la novia o esposa de Cristo que celebra el hieros gamos. El mismo documento dice que aunque "es de gran importancia haber practicado la virtud de la castidad de manera ejemplar", esto no es un prerrequisito para la consagración. 

La Asociación Estadounidense de Vírgenes Consagradas emitió un comunicado en el que lamentan esta "negación de la integridad virginal como la esencia y fundación natural de la vocación", algo que era de esperarse, ya que la virginidad es su tesoro. Por otro lado, existen en la Biblia indicios claros de que la virginidad tiene un valor espiritual mayúsculo; por ejemplo, en el Apocalipsis de Juan, en donde se habla incluso de la virginidad de los hombres como un requisito para la salvación en el Juicio Final. No obstante, estos textos cargados de imágenes arquetípicas simbólicas no deben leerse de manera totalmente literal y es posible que no se refieran a una virginidad absoluta, sino a una cierta pureza y a una forma de celibato.

Las vírgenes consagradas celebran una ceremonia de matrimonio con Cristo, la cual contiene un profundo simbolismo. Esta ceremonia seguramente no sufrirá cambios, pues las declaraciones del Vaticano no la afectan sustancialmente. Generalmente se requiere de 2 años de preparación para realizar la ceremonia de consagración y se pide, por obvias razones, que la mujer tenga más de 25 años.